Who's Afraid Of Virginia Woolf?

“You are cordially invited to George and Martha's for an evening of fun and games”.
“You're damn right...”
"What a dump!"

Odios in crescendo…
George y Martha, Martha y George, triste, triste, triste…
Noche de sábado, los acordes de una guitarra acompañan los pasos de una pareja madura en su regreso al hogar.
La escena, con la Luna llena como testigo, adquiere un halo de melancolía mezclada con cierta nostalgia, y entonces, la pareja llega a casa:
Hogar Dulce Hogar.
“Que pocilga” dice Martha, y se rompió el encanto.
Su tono desagradable, sus gestos vulgares, el desorden, la suciedad, el caos que los envuelve es sólo el preludio de un desorden y caos más profundo, de una suciedad de esa que envilece por dentro.
Insultos, vejaciones, violencia verbal y física, juegos macabros, crueldad gratuita, por el simple placer de ver sufrir al otro, manipulación emocional…. y alcohol, anestésico de almas atormentadas, aunque hace tiempo que descubrieron que para ese tipo de tormentos es una inútil anestesia…
“Mierda, Hijo de Puta, Cabrón...”
“Malcriada, Borracha, Monstruo…”
Lo peor no es lo que se dicen, es todo aquello que no se dicen, silencios que se ocultan tras insultos y desprecios mutuos, intentos banales de enmascarar una realidad que convierte su vida en común en unión de soledades, de vacíos interiores que se alimentan con el sufrimiento compartido, de reproches que se lanzan contra el otro en forma de agresión innecesaria y a la vez tan necesaria para sentir que aún siguen teniendo una razón para continuar recorriendo juntos su camino en dirección a ninguna parte.
Es demasiado duro mirarse en el otro cuando no se soporta la visión de la propia imagen frente al espejo, cuando cada arruga refleja un fracaso, cuando el brillo perdido en la mirada nos recuerda la pérdida de otro brillo, el de los sueños compartidos que se desvanecieron, cuando el asco y el desprecio por uno mismo ahoga cualquier resquicio de anteriores sentimientos…
Sí, duele demasiado mirar al otro y reconocerse en su derrota, descubrir que en realidad es sólo un reflejo de nuestro propio fracaso.
Por eso aprendieron a arrastrar al otro en su propia angustia, a envolverlo en su amargura, a convertir la infelicidad en su lugar de encuentro común… 
Querían provocar, meter el dedo en la llaga, escupir a los mariditos y mujercitas perfectos, vomitar sobre América... y además, salir airosos.
Lo consiguen con un amplio margen de barbaridades.
Amén por los cuatro personajes principales borrachos durante toda la función.
Who's Afraid Of Virginia Woolf? es una película psicológicamente agotadora, emocionalmente asfixiante, un retrato feroz de la decadencia y degradación de un matrimonio, que instalado en sus propias frustraciones hace de la destrucción propia y ajena su modo de sobrevivir al desprecio que sienten por ellos mismos, arrastrando en esa vorágine destructiva de crueldad gratuita y despiadada a quien se cruce en su camino.
Pero, a pesar de los sentimientos negativos que la pareja provoca, sentiremos la necesidad de seguir la historia, de completar ese puzzle, cuyas piezas de aristas cortantes hieren, para intentar comprender la sinrazón de sus actos, encontrar algún sentido.
Y el desprecio por esos personajes, que parecen regodearse en las miserias propias y ajenas, se irá tornando compasión y lastima, por el pusilánime y manipulador George, y por la dominante y vulgar Martha.
La obra teatral Who's Afraid Of Virginia Woolf? de Edward Albee, generó cierta controversia tras su estreno en Broadway, no sólo por el lenguaje utilizado por el personaje de Martha, sino por la “cuestionable moralidad” de la obra para algunos críticos teatrales de la época.
Su adaptación al cine, fue la opera prima de Mike Nichols y su entrada por la puerta grande como director.
Una excepcional adaptación que mantiene la esencia, la intensidad y la tensión de la obra teatral.
Numerosos son, en mi opinión, los aciertos del director, desde la elección del film en blanco y negro hasta el magnífico reparto, con un duelo interpretativo de esos que hoy en día son difíciles de ver.
La película fue la única nominada para los Premios Óscar en cada categoría en la que podía ser elegible: película, actor, actriz, actor de reparto, actriz de reparto, director, guión, dirección artística/decoración del set (blanco y negro), cinematografía (blanco y negro), sonido, diseño de vestuarios (blanco y negro), música y montaje.
Cada uno de los cuatro actores fue nominado para un Oscar, pero sólo Elizabeth Taylor (Oscar a la mejor actriz) y Sandy Dennis (Oscar a la mejor actriz de reparto), lo ganaron.
Quizás fue injusto que no se llevara premio la parte masculina del reparto, pero la simple nominación ya fue recompensa suficiente por su gran trabajo, aun que para mí fue un atropello la perdida para Richard Burton.
La película también ganó el premio de Oscar a la mejor fotografía en blanco y negro por el gran trabajo de cámara de Haskell Wexler (fue la última película en ganar en dicha categoría antes de que fuera eliminada).
También recibió el Oscar a la mejor dirección de arte B/N, al mejor diseño de vestuario B/N y quedó sin Oscar mejor actor, actor de reparto, director, montaje, mejor película, banda sonora, canción original, sonido y guión adaptado.
Who's Afraid Of Virginia Woolf? es una película estadounidense de 1966, dirigida por Mike Nichols, basada en la obra teatral del mismo título de Edward Albee adaptada con singular brillantez por Ernest Lehman.
La obra se desarrolla durante una tortuosa noche, tal vez influida por el también escaso horizonte temporal de la obra Miss Dalloway de la autora Virginia Woolf.
El lenguaje, tomado de Albee, hace uso de expresiones y palabras insólitas hasta entonces en cine, que no sobrepasan los límites de los usos coloquiales y que son fuente de naturalidad, realismo y espontaneidad.
Los nombres de George y Martha coinciden con los del primer presidente de EEUU y de su esposa, los Washington.
Destaca la parodia que Taylor hace de Bette Davis, homenaje a la actriz, asi como la simpática referencia a Mallorca en boca de George.
La fotografía, en B/N, de fuertes contrastes y excelente claroscuro, se sirve de un buen trabajo de cámara, con planos cenitales, imágenes subjetivas, primeros planos psicológicos, travelling al hombro documentalista, que se enmarcan en un contexto de grata sobriedad.
El matrimonio Taylor Burton Burton actuaron los roles principales, George Segal y Sandy Dennis en los roles secundarios.
Fue de gran éxito entre público en el momento de su estreno, y lanzó a la fama a un joven Nichols.
La historia es bien sencilla.
Tras una fiesta en la universidad un ya bebido matrimonio desestructurado ha invitado a su casa a otro joven matrimonio recién casado conformado por Nick y “Honey”.
Una vez llegada la parejita a la casa comprobarán que sus anfitriones no se cortan un pelo a la hora de sacarse los ojos y airear los trapos sucios del matrimonio y los invitados se verán envueltos en un juego donde ellos pasan intermitentemente de ser meros espectadores a partícipes y, poco a poco, irán dando paso a demostrar que su aparentemente idílico y recién estrenado enlace, esconde muchísimos problemas en su cimentación, y es un candidato ideal para convertirse en un futuro en una pareja amargada y resentida como la que conforman George y Martha.
Puedo decir que hay un quinto personaje, se encuentra omnipresente durante toda la película y es Jim, el hijo de George y Martha, de quienes muchos detalles parecen omitirse y cuya información va dándose a cuentagotas.
No aparece pero se trata de un personaje que tiene una influencia especial en el matrimonio de anfitriones y sobre quien pesan muchos sentimientos de remordimiento paternal.
Un personaje que contrasta con el anhelo y la pena del joven matrimonio ante la aparente imposibilidad de tener hijos.
Aunque quizá el protagonista más importante de esta cinta es otro, un sexto “personaje”... 
¡El alcohol!
El alcohol logra el paroxismo en todos los personajes y ejerce de suero de la verdad impidiendo que muchos sentimientos enconados se mantengan ocultos y guardados durante mucho tiempo.
Los cuatro beben como cosacos y, a cada uno, la bebida le afecta de una manera distinta mostrándolos más bravucones, sinceros, resentidos o pusilánimes.
La herencia del relato en el que se basa, ayuda a mostrar en pantalla grande términos hasta ahora poco vistos, o inéditos, en el cine, y ayudan a crear cierta naturalidad en sus protagonistas.
Y es que el guión ha conseguido una de las mejores adaptaciones al cine de una pieza teatral, ayudado, en gran parte, por el magnífico trabajo de su reparto.
Un gran duelo interpretativo entre Burton y Taylor, por aquel entonces casados, bien secundado por la otra pareja protagonista del film, Segal y Dennis.
Célebre por contener una de las mejores interpretaciones, si no la mejor, de Taylor.
La Taylor se nota que acometió su personaje en profundidad, inteligencia y pura dedicación con una energía pocas veces vista y por una puesta en escena brillante que, sin deshacerse de su origen teatral, logra tener entidad propia como largometraje.
Quizás cogiera por sorpresa en su momento ver a Elizabeth Taylor, la más bella del momento, interpretar a una desaliñada, grosera y desgarradora mujer, pero ahora, en la distancia, nos damos cuenta del magistral trabajo que hizo, y la facilidad de la actriz para involucrarse en cualquier tipo de rol, realizando una actuación soberbia, y que la consagró como una de las mejores actrices del momento.
Con un personaje tan vil consiguió generar escenas conmovedoras e impactantes que hicieron, y siguen haciendo, quitarnos el sombrero.
La réplica de Taylor en pantalla se la ofrece Burton, quien se mantiene a la altura y demuestra que ha sido uno de los grandes actores de Hollywood, sabiendo mantenerse ante las embestidas de "su mujer" en la pantalla.
Aunque, como única pega, nos encontramos que tan majestuoso es el trabajo de ambos que empequeñecen el saber hacer de Sandy Dennis y George Seagal, excelentes actores pero que no logran impactarnos ante la impresionante figura de los protagonistas absolutos, siendo meras víctimas de la dura situación generada por la difícil relación entre Burton y Taylor
El compositor Alex North ofrece una partitura original, donde destaca el colosal tema central de guitarra, que nos ayuda a meternos en la faceta romántica de sus protagonistas, facilitando la migración de las situaciones tensas y frescas que ofrece la película, contrastes que se ven acentuados gracias al excepcional trabajo de fotografía, en blanco y negro, con planos cenitales, e impactantes primeros planos psicológicos.
Al final comprendemos el por qué de muchos interrogantes como el definitivo:
¿Quién Teme A Virginia Woolf? recurrentemente cantado al ritmo del Money, Money de Liza Minnelli, tan temido por Martha, o el "... por favor no hables de nuestro hijo..." tan temido por George...
Al final de la tortuosa noche, todos, los cuatros protagonistas e incluso el espectador, tienen la sensación de haberse levantado con la camisa húmeda de una galopante pesadilla descubriendo al fin que todo podría haber sido diferente de no ser por ese necesario proceso de desgaste que les ha hecho ascender un grado en el escalafón de la madurez a la hora de afrontar la siempre penosa, dura y difícil etapa de desgaste en una pareja.
Who's Afraid Of Virginia Woolf? es más que una película, es una representación de la vida misma, de sus crueldades, su crudeza, las cuales son muchas veces causadas por nosotros mismos, por nuestras inhabilidades de ser felices ya que cuando se es infeliz toda una vida, no se conoce nada más, y todo lo nuevo, es digno de temer.
El título constituye también una parodia de la canción "Who's Afraid On The Big Bad Wolf?", de "The Three Little Pigs" de Disney, que se entona con una melodía diferente.
Virginia Woolf no aparece como un personaje.
Según la obra de teatro, el título de la obra se refiere a una broma académica sobre: 
«¿Quién teme vivir la vida sin falsas ilusiones?».
Curiosamente y hablando de la escritora inglesa me trae a colación la siguiente cita:
 “No creo que dos personas pudieran ser más felices como lo hemos sido tú y yo”
Esa fue la última nota de Leonard Woolf para su esposa Adeline Virginia con motivo de su suicidio.
Por otra parte, el libro de Irene Coates “Quién teme a Leonard Woolf: Un Caso por la cordura de Virginia Woolf”, asume la tesis de que el tratamiento que Leonard Woolf dio a su esposa, fomentó su mala salud y al final fue el responsable de su muerte.
La tesis, no aceptada por la familia de Leonard, ha sido ampliamente investigada y llena algunos de los vacíos en el relato habitual de la vida de Virginia Woolf.
Así entonces, Quién no le teme a la vida?
El relato de Who's Afraid Of Virginia Woolf? se genera a través de un continuo baile de ironías, humillaciones, insultos, amenazas y destrucción personal, en lo que es, en extremo, una relación matrimonial en plena destrucción, donde cada uno de los miembros de la pareja manifiesta sus temores y frustraciones a través de la maldad y la recriminación, todo ello sin marcar unos claros límites entre la realidad y la ficción.
Incluso hoy, en los días que vivimos, encontramos que estas situaciones pueden seguir sucediendo en la realidad, aunque muchas veces nos vendamos los ojos y creamos que es demasiado irreal para ser cierto.
Who's Afraid Of Virginia Woolf? es una película sobre la vida misma, repleta de crudeza, muy recomendable para los amantes de las adaptaciones teatrales, encuadrada dentro de lo que es "cine de calidad", y que nos abre una vía para la reflexión.
Es una película que requiere un esfuerzo intelectual y si lo realizamos, además requerirá de nosotros un esfuerzo espiritual.
Poco recomendable para parejas o matrimonios jóvenes.
Esta sospecho que sería letal para parejas de casados (¿sin hijos?) de mediana edad, demasiado agria.

Hey swampy!...
Fix me another drink…

"Never mix, never worry!"



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