Mujeres Al Borde De Un Ataque De Nervios

“Soy infeliz porque sé que no me quieres para que mas insistir…”
Lola Beltrán

La película que abrió definitivamente el mercado internacional a Pedro Almodóvar, de las más logradas de su filmografía.
La imagen general del film nos dice continuamente:
“Esta película es de Almodóvar”.
El espectador, ya sea un simple aficionado o el más firme incondicional del cine de este director, distingue en este film sus rasgos más característicos.
Como en todas sus películas, Almodóvar nos muestra aquí una historia singular, que junto con el tratamiento que se le da, obtiene un aspecto harto surrealista.
Resumiendo el film, podemos decir que éste trata sobre una mujer desesperada y una maleta llena de recuerdos, y cómo no, el amor es el hilo que une estos dos elementos (y el resto de subtramas).
Todo el largometraje, gira en torno a la figura femenina que muestra una fuerte sensibilidad en su forma de ser.
Las mujeres de la película tienen una forma de vivir sus propios sentimientos de forma muy expresiva, que casi llega a la histeria.
Esta histeria no sólo es percibida por el espectador en los diálogos y las diferentes situaciones en que se ven envueltas, si no que se muestra además en numerosos planos mediante un lenguaje fílmico que muestra esta dualidad entre histeria y sensatez que convence a todo amante del cine de la capacidad extraordinaria del director.
Este lenguaje subjetivo aparece en varias ocasiones:
En primer lugar, con los planos en que las mujeres no salen enteras, si no a trozos.
Ejemplo de ello es el comienzo de la película, donde aparecen unas piernas femeninas y a medida que va subiendo la cámara se van viendo otras partes del cuerpo de la mujer.
Es interesante comentar aquí el momento en que se presenta el montaje, donde aparecen unas fotografías de un ojo femenino y unas tijeras que las recortan.
Ya en la película, la protagonista (Pepa- Carmen Maura) aparece en varias escenas casi recortadas, idea que ya hemos citado viene dada en los créditos iniciales.
También Lucía, la mujer de Iván (Julieta Serrano), que tiene problemas psicológicos, en el momento en que más dominada por los nervios se encuentra que es cuando va a buscar a Iván al aeropuerto para matarle, aparece subiendo las escaleras mecánicas claramente recortada.
El plano muestra un lateral de las escaleras, y su cabeza que va subiendo, sin mostrar ninguna parte más de su cuerpo.
En segundo lugar, los cambios de ropa que lleva a cabo Pepa según van evolucionando los acontecimientos.
La película narra la estresante situación psicológica de Pepa, que acaba de descubrir que su amante, Iván, no está enamorado de ella pero debe darle la importante noticia de su embarazo.
A su vez, su amiga Candela (María Barranco) ha sido engañada por un hombre por el que se ha enamorado, un terrorista chiita que prepara un atentado en el aeropuerto de Barajas, para el vuelo hacia Estocolmo.
Por tanto Pepa no sólo dedica su día a la búsqueda de su amante (aunque éste es su principal deseo) si no también a ayudar a su amiga con trámites legales.
En todas las salidas de casa y las visitas que debe hacer, Pepa cambia de ropa, recurso que utiliza Pedro Almodóvar para darnos a entender que a medida que va pasando el día Pepa también cambia de pensamientos, y su histeria va aumentando pero también su sensatez.
La ropa que viste Pepa es muy parecida en general, trajes con falda y chaqueta de colores muy vivos especialmente el rojo.
Pedro Almodóvar en su descripción de Pepa escribió:
“Pepa abusa del tacón y de la falda de tubo”.
El color rojo es el color que la representa en la película por la expresión que tiene este color: pasión, locura, amor desatado, nervios…
No sólo aparece en los trajes de Pepa, si no que se recalca una vez más dentro del simbolismo fílmico que emana todo el film.
La escena que mejor subraya este concepto es el momento en que Pepa corta los tomates para hacer un gazpacho y llenarlo de tranquilizantes y así dormir a Iván. 
El plano detalle de los tomates y el cuchillo que Pepa está manejando en un claro estado de nerviosismo, y el momento en que ella se corta.
La expresión del color rojo del tomate y la sangre que imaginamos emanará de ese dedo, aumenta aún más la tensión visual y la idea que formamos con ella del estado de nerviosismo de Pepa.
En tercer lugar, los diálogos subrayan el estado de nervios en que se encuentran las mujeres de la película por diversas situaciones, todas ellas relacionadas con los hombres.
A pesar de ello, todas las mujeres de la película se presentan como independientes y modernas excepto por los hombres (especialmente Lucía, que es dependiente psicológicamente de Iván ya que sus sentimientos por él la hicieron volverse loca).
Sin embargo al margen de esa independencia, su talón de Aquiles es el hombre, quien las vuelve locas y es el único capaz de bloquearlas.
Almodóvar decía para explicar este sentido en la película, que la mujer moderna podría hacerse con el mundo, pero que eso no sucederá porque por suerte los hombres aún son capaces de llenarlas de sentimientos, y como son mucho más sensibles se moverían más por ellos, dejando un equilibrio total.
Para acentuar este concepto de mujer independiente, coloca a las protagonistas en trabajos muy cualificados (doblaje, abogada…) para así dar a entender que la mujer ya opta por trabajos de todo tipo.
Sin embargo, aún para muchos empleos sigue estando vigente la mujer como objeto sexual, mujeres guapas y atractivas para algunos trabajos (secretarias, presentadoras…).
Almodóvar vuelca esta idea colocando a su madre, nuevamente, como la presentadora de las noticias de la televisión.
Por último, la mujer vive en esta película un universo de abandonos, y todas sus situaciones y sus sentimientos podrían ser intercambiables.
La sensatez llega junto a la tranquilidad en todas sus formas, Pepa cuando llega al aeropuerto y se da cuenta de que Iván no la merece, Lucía cuando reconoce su enfermedad tras el momento de más nervio o Marisa (Rossy de Palma) cuando despierta de su profundo sueño tras haber bebido por error un vaso de gazpacho dopado.
Los hombres, por contraposición, se presentan como algo mujeriegos y bastante dependientes de la mujer.
Iván también aparece en el sueño de Pepa recortado, sin embargo, la idea de recorte-nerviosismo se le atribuye en este caso a Pepa que es quien está soñando.
Carlos, hijo de Iván, tartamudo, se presenta muy tranquilo al conocer a Pepa, amante de su padre durante años.
No sufre por los sentimientos de su madre y ve normal esa relación.
También el novio de Ana (hija de la portera) cuando es amenazado por Lucía para que la lleve al aeropuerto, es pintado como una persona de poca confianza con la conversación de Ana y Pepa en el taxi:
“Es más fácil aprender mecánica que psicología masculina” dice Pepa.
Desde otro punto de vista, la sociedad que muestra el director en esta película está volteada.
Pedro Almodóvar quiso cambiar algunos papeles tópicos que se tienen en la sociedad actual.
Nuevas obligaciones impuestas por la sociedad, ridiculización de la policía (los agentes que van a casa de Pepa, curiosamente también salen en el anuncio de un detergente que ella interpreta) o incluso en el uso continúo del teléfono como medio de comunicación casi abusivo.
Mujeres Al Borde De Un Ataque De Nervios es una película española dirigida por el director de cine Pedro Almodóvar en 1988.
Sus intérpretes: Carmen Maura (Pepa), Loles León (Cristina), Fernando Guillén (Iván), Chus Lampreave (portera), Julieta Serrano (Lucía), Guillermo Montesinos (taxista), Antonio Banderas (Carlos), Francisco Caballero (presentadora de TV), María Barranco (Candela), Agustín Almodóvar (empleado de la agencia inmobiliaria), Rossy de Palma (Marisa) y Kiti Manver (Paulina).
En Pepa, el personaje principal con diferencia, vemos una clara evolución, al principio es una mujer dolida, amargada, pero con fuerza de voluntad y acciones y situaciones insólitas consigue superar el trance que le ha producido su amante.
La contra-evolución la encontramos en Lucía, una mujer encerrada en la década de los 60, que se empeña en eliminar todo recuerdo de su exmarido.
Es por eso que no aprecia a su hijo, Carlos, e intenta eliminar al final de la película al propio Iván.
En palabras del propio Almodóvar: 
“es un elemento dramático muy fuerte pero con un contenido muy cómico, que viene dado por su personalidad esquizofrénica y su manera de vestir".
Marisa, encarnada por Rossy de Palma, simboliza también una evolución: una mujer virgen al principio, que tras el sueño provocado por gazpacho (símil de un elixir mágico que la traslada a otro mundo), despierta al final de la película como una mujer nueva.
El famoso gazpacho llega a formar parte de uno de los hilos conductores de la trama, es como el McGuffin.
Mujeres Al Borde De Un Ataque De Nervios fue candidata al Oscar como Mejor película extranjera.
Esta nominación fue el inicio de una prolongada historia de amor entre el cineasta español y la Academia de Hollywood.
Desde el punto de vista artístico, los colores cobran mucha importancia en la historia.
Los decorados son muy importantes, escogidos exhaustivamente para dar a toda la película un aire irreal.
Pedro Almodóvar pretendía hacer una película hiperrealista, o al menos basarse en sus ambientes.
Por ello toda la película cuenta con unos decorados irreales, un ático cuya existencia es muy remota y una forma de vida dentro de él imposible, con una decoración nuevísima alternada con la cama quemada por la poca atención de Pepa debido a sus nervios o los animales que viven en su terraza.
Los vestuarios de los personajes especialmente extravagantes, como el aspecto exagerado de Lucía, la estética punki ochentera de Ana o los colores vivos del resto de ropas, junto a los decorados y los ambientes imposibles y recargados (como el taxi o el ático) fluyen en un nivel de abstracción visual, un cortocircuito donde el sentido está ajeno a la forma estructural de algunos elementos, cuyo principal objetivo es dar preferencia a las emociones y sentimientos que se entremezclan en una atmósfera almodovareña que inició un camino de éxitos dentro de la carrera del director.
La estética de la película se podría clasificar dentro de la estética pop, pero con una elegancia por encima de lo normal.
Cada uno de los decorados está perfectamente equilibrado, las imágenes salen de la pantalla con igual fuerza por cada una de las esquinas, exceptuando, claro está, aquellas en que para dar una dramatización especial, un elemento o bien un personaje ha de sobresalir por encima de lo demás.
Nos damos cuenta que el film comienza con una voz en off que nos da, ya desde el principio, una dimensión reflexiva muy bien conseguida.
Mujeres Al Borde De Un Ataque De Nervios se inicia narrando el problema de un personaje, y este mismo problema se ve ensalzado por la conexión directa de los problemas del resto de personajes.
Almodóvar consigue unir a casi todos los personajes de una manera muy eficaz, para que Pepa no pierda en ningún momento el protagonismo.
Este centramiento en el personaje de Pepa se ve acentuado también por la situación de la gran parte de las escenas, su piso de Madrid; allí se reúnen los personajes continuamente, y se fuerza así a que gran parte de los sucesos ocurran en aquel espacio, cosa que nos hará ver claramente, repito, a Pepa como personaje principal.
El contestador telefónico adquiere en esta película el rango de “personaje”, entendiéndose que adquiere un papel muy importante: su uso difiere totalmente de la realidad, pues consigue que la información no se transmita.
En base a esto y a otros refuerzos (como el lanzamiento del teléfono por parte de Pepa), el espectador ve claramente que el film basa su aspecto dramático en la incomunicación.
Continuamente los personajes necesitan comunicar algo a otros personajes, incluso a ellos mismos; escena tras escena la incomunicación hace acto de presencia, y solo a medida que nos acercamos al final de la película, algunos de los mensajes consiguen ser transmitidos.
Pistoletazo de salida para Antonio Banderas, Carmen Maura o Rossy de Palma a nivel internacional.
Junto con Julieta Serrano, Rossy de Palma, Kity Manver, Loles León y Chus Lampreave completaron el reparto femenino e inauguraron la tradición de lo que se iba a conocer como las "chicas Almodóvar", al que luego se sumarían en posteriores títulos, Penélope Cruz, Blanca Portillo, Victoria Abril o Leonor Watling.
Esta cinta supuso la ruptura personal y profesional de Almodóvar con Carmen Maura, la que era su indiscutible musa hasta entonces y con quien no volvió a trabajar en Volver (2006).
La banda sonora está exquisita, Almodóvar siempre da muy bien al escoger la música de sus películas, esta vez Lola Beltrán y La Lupe son de lujo, los dos maravillosos temas musicales en los títulos de crédito de apertura y cierre son ejemplo de ello.
Para finalizar recalco, la terminología "un ataque de nervios" se refiere a una condición psicológica para la que hay una asociación literaria con la histeria y por una asociación científica con el estrés postraumático.

"Lo tuyo es un puro teatro"
La Lupe



Comentarios

Entradas populares