E.T. The Extra-Terrestrial

E.T. Phone home!

Una de las películas más sinceras de la Historia del Cine, un sueño hecho realidad que, a pesar de su trasfondo mágico e infantil, oculta una triste desesperanza: la pérdida de los anhelos.
Es injusto, no poder recordar los mejores momentos de mi vida, mi infancia, cuando desearía, al menos, recordar los primeros 10 años, cuando todo era inocencia, el amor inmaculado de mis padres y mis hermanas, todos juntos, es realmente injusto.
E.T.-The Extra-Terrestrial la vi una vez en mi vida solamente, cuando se estreno en mi pueblo, su mensaje aún brilla en mi corazón.
Esa vez...
¿Quién no lloró?
Recuerdo sonriendo que el cine estaba repleto de padres con sus hijos y en la escena más dramática del film no lloraban los niños sino los padres.
Y el gran momento en el que vuelan con las bicis, el público rompió a aplaudir desaforadamente, nunca me he visto a mí y a todo el público con tanta emoción con una escena de cine.
Como no amar las películas si ellas te han sentir pasiones muy profundas.
Recordando la película me invade una cierta melancolía.
Ha quedado como un hermoso momento grabado en el pasado.
No he vuelto a ver la película por el simple hecho de lo que a uno le parece grandioso de pequeño se le queda pequeño de adulto, es mi experiencia con algunos que han visto conmigo The Exorcist, por ejemplo, lo que causó terror una vez, hoy es un chiste, no es justo.
Es por eso que a E.T.-The Extra-Terrestrial la he dejado en el baúl de los recuerdos.
Muchos años después, justamente hoy, la visioné esperando encontrar nuevos detalles, y así fue, me devolvió a mi padre, hoy ausente, a mi madre, y mis hermanas y hasta cierto modo, iluminó los primeros 10 años de mi vida, cuando todo era bueno y justo.
Para todos aquellos que vimos esta encantadora cinta cuando éramos niños, no nos fue posible refrenar nuestro deseo de levantar nuestro dedo índice y decir "Auch".
Pues si hay escenas y/o frases clásicas en la historia del cine, indiscutiblemente ésta fue una de ellas.
Imagino que entrar en un sitio como El Teatro alla Scala de Milano, la Capilla Sixtina o el Museo de Louvre produce en uno un extraño sentimiento, igual puede pasarte al escuchar la canción que compartes con tu ser amado o la que le cantabas a un niño como arrullo.
Te estremeces.
Existen expresiones artísticas capaces de contener esos sentimientos, y no solo los tuyos que vienen dados por la memoria, también sentimientos que vienen de la masa crítica de la misma obra.
Hoy en días de Luna Llena, impulsándonos como colectivo a tener un nivel empático mayor con los demás y al poder sentir lo que el mundo que te rodea transmite, el artista será capaz de plasmarlo en su obra.
El sentimiento del colectivo puede ser atrapado y puesto en una obra con una fuerza tal que lleve a las personas al límite de la emoción y el llanto.
La sin igual escena del canto de “La Marseillaise” en Casablanca hace que aun, sin saber francés, tu corazón se emocione al verla.
Esa luz maravillosa, impulsa la necesidad del artista de contar su obra, de llegar al público utilizando sus habilidades excepcionales para comunicar con fuerza la emoción que ha captado y trasmitirla a quien la admira.
La influencia del escenario energético convierte la obra artística en reflejo de un evento histórico o social enmarcándola en la vida cotidiana y convirtiéndola en historia viva.
Como ejemplo de ello podemos citar a Steven Spielberg quien nació en 1946 y creció como muchos chicos y adolecentes de esa época alimentando su cabeza con los comics y libros de ciencia ficción escritos y dibujados por hombres que vivían realidades como el aterrizaje de Roswell o las especulaciones en las noticias sobre hallazgos del gobierno (en especial el Libro Azul) en materia extraterrestre.
El mismo Spielberg cuyos padres se divorciaron el 1960 admite que, para manejarlo, creó un amigo imaginario extraterrestre.
Ya adulto, la necesidad por expresar esa emoción empática por la vida extraterrestre es enlatada y llevada a la pantalla gigante en obras que abren nuestra mente a la llegada de la vida del espacio exterior como E.T.-The Extra-Terrestrial y Close Encounters of the Third Kind.
Hay otro aspecto más conectado a la obra de Spielberg, ambas películas son símbolos de su expansión y visión (Avant Garde) como productor y director, sin duda acciones descritas en las energías de hoy.
Una enérgica persecución y la lucha por la libertad, la empatía de un chico por un extraño ser que ha encontrado en su jardín, y él, la masa crítica generada por la emocionalidad de millones de personas que creen en la vida extraterrestre se verán atrapadas en la obra de Steven Spielberg, en una suerte de portal emocional que libera la emoción contenida en cada espectador de la película.
Con estos mimbres, E.T.-The Extra-Terrestrial se convirtió de un plumazo en clásico absoluto que fusionó el cine familiar con el de ciencia ficción y que nos mostró a los alienígenas como seres llenos de sentimientos y capaces de despertar ternura y cariño a raudales, en lugar de la visión más extendida (hasta la llegada de Steven Spielberg) de unos extraterrestres que buscaban eliminarnos por la vía rápida.
E.T.-The Extra-Terrestrial ha terminado por ser considerado un clásico, y sin dudas es una de las películas más amadas por parte del público.
Además, es uno de los mayores homenajes que se le han hecho a la infancia.
Un cuento para aquellos que se niegan a envejecer y para los que habiéndolo hecho retornen hacia sí mismos, a su hogar más íntimo, a su patria.
"La verdadera patria del hombre es su infancia" decía el poeta Rainer Maria Rilke.
No por casualidad en un momento de E.T.-The Extra-Terrestrial la madre está leyéndole a la niña pequeña el cuento de Peter Pan, que sirve de metáfora de lo que estoy diciendo. 
Los cuentos infantiles han sido usados por Spielberg de forma inteligente en más ocasiones.
La infancia está presente de un modo u otro a lo largo de toda la cinta.
La historia está contada a través de los ojos del niño, Elliot (Henry Thomas), y por esta razón Spielberg sitúa la cámara siempre desde este punto de vista.
Por ejemplo, los científicos que buscan al extraterrestre para investigarlo nunca muestran el rostro, como mucho a través de las escafandras.
Spielberg siempre los presenta de forma amenazadora, son monstruos ante los ojos del niño, seres capaces de separarle de su más preciado amigo.
Este es uno de los muchos aciertos de la película.
Por otro lado, la inverosimilitud que encontramos en la cinta (como que el extraterrestre pueda comunicarse con los suyos construyendo un teléfono con un juguete) hay que entenderla desde la óptica infantil, por eso está justificada.
E.T.-The Extra-Terrestrial también es una gran película sobre la amistad.
Hay muchas definiciones del término "amistad", y aquí es entendida como la unión entre dos seres semejantes.
Los dos amigos, el niño y el extraterrestre, llegan a ser la misma persona.
Esta idea está reforzada por el hecho de que el extraterrestre se comunique con Elliot telepáticamente, y así éste "siente los sentimientos" de E.T., como se dice en un momento de la cinta.
Spielberg dio la vuelta al género de ciencia ficción sobre el contacto con extraterrestres.
En los años cincuenta los films de este tipo se hicieron muy populares y los extraterrestres eran mostrados como seres monstruosos que se quieren adueñar de la Tierra (la novela de H.G. Wells La Guerra De Los Mundos, que Spielberg también adaptó en el año 2005 influyó mucho en este sentido).
E.T. es un extraterrestre que llega a la Tierra pero de forma pacífica, es un ser entrañable y carente de maldad.
No exagero si afirmo que E.T.-The Extra-Terrestrial es una obra maestra.
Desde el punto de vista cinematográfico la película es un prodigio: 
La narración es limpia sin artificios de ningún tipo, la fotografía logra crear ambientes misteriosos y fascinantes (como el del comienzo en el bosque), y la excelente interpretación de los niños consigue la ternura que su director quiere transmitir.
No sería justo acabar sin mencionar la maravillosa música de John Williams que sirve para orquestar cada plano, cada secuencia.
La puesta en escena está construida en base a la música.
El cine de Spielberg no sería lo mismo sin este magnífico compositor.
Dicen que una película es independiente cuando su principal instigador logra imponer su forma de pensar frente a las presiones de un gran estudio.
Si esto es así, no hay duda de que E.T.-The Extra-Terrestrial es una obra personal, un reflejo de una infancia solitaria que sólo se ve colmada por la aparición de un suceso extraordinario.
De hecho, Universal Studios no creía en esta historia (incluso fue rechazada por otras «majors», que preferían que los alienígenas fueran belicosos), y ni siquiera sus creadores sospechaban que les iba a reportar tan altos beneficios.
La película está llena de temas, asombrosos, que en su momento, con mi punto de vista infantil no logré captar y con este segundo visionado, quiero compartir para reivindicar la magia contenida en E.T.-The Extra-Terrestrial:
La narración suscita reacciones elementales de emoción, risa, compasión, ternura, afecto, temor, amenaza, miedo y, sobre todo, de una enorme complicidad con los protagonistas, suficiente para hacer creer a más de uno lo increíble
Los críticos se han enfocado en el paralelismo entre la vida de E.T. y Elliot, quien es alienado por la pérdida de su padre y en su propia manera, Elliot sufre la falta de un hogar también.
Al igual que Spielberg, y su solitaria infancia.
En la película, ambos son entes solitarios, aun desconociendo la edad de E.T., aparentemente, este factor no es relevante en la cinta.
La complicidad que se origina, entre el visitante extraterrestre y el niño que lo recoge, es expuesta con una elegancia inusitada, un ejemplo incuestionable de lo que debiera ser la verdadera amistad.
No hay, pues, lloriqueos banales, sino un cúmulo de escenas brillantes que describen profusamente la relación de amistad, apoyo sincero e incondicional, del más puro e inmaculado, que se va generando entre el niño y E.T.
Para más similitud, coincidentemente, E.T. es la primera y última letra del nombre de Elliot.
El corazón del filme es el tema de madurar.
Una narración de Peter Pan desde la perspectiva de un Niño Perdido (Elliot): E.T. no puede sobrevivir físicamente en la Tierra, como Pan no podría sobrevivir emocionalmente en Neverland; los científicos del gobierno toman el lugar de los piratas de Neverland.
Y acá, hacemos conexión con la literatura de nuestra época, emanado recuerdos de nuestros tiempos de infancia.
El hecho que intentan mantenerlo oculto a su madre y el gobierno, es una alegoría al carácter soñador, infantil, fantasioso de los niños que puede ser peligrosamente destruido por la mentalidad adulta, de muchas formas y maneras.
Otros críticos encontraron paralelismos religiosos entre E.T. y Jesús de Nazaret.
Si, parece descabellado pero la historia de E.T. viene a ser como la crucifixión por la ciencia militar y la resurrección por el amor y la fe.
Como alegoría cristiana.
Y acá, hacemos otra conexión, con nuestras creencias más arraigadas, partiendo de la más sencilla, y común encontrada en todas las religiones: 
Amad al prójimo como a ti mismo.
Aquí el recurso está utilizado como golpe de efecto para provocar un pico dramático sobre el final.
La resurrección del alienígena, su corazón ardiente en el pecho, como una estampa de Cristo Redentor y su capacidad de generar milagros.
Universal Studios apeló directamente al mercado cristiano, con un cartel evocador de La Creación de Adán de Miguel Ángel y un logo que dice Paz.
Un tema importante de E.T.-The Extra-Terrestrial es la tolerancia, lo que sería fundamental para los futuros filmes de Spielberg como Schindler’s List.
Acá vemos la conexión de tolerancia hacia lo desconocido, lo incomprensible por nuestros sentido pero que está ahí, latente.
Tras haber sido un solitario, Spielberg describe el filme como una historia de las minorías.
El característico tema de comunicación de Spielberg es asociado con lo ideal de la comprensión mutua: él ha sugerido que lo central de la historia de la amistad alienígena–humana es una analogía de cómo los adversarios del mundo real pueden aprender a superar sus diferencias.
Acá podemos presenciar en el visionado, que las pistolas de los policías fueron sustituidas por walkie talkies a petición expresa de Spielberg demostrando al menos un carácter menos belicoso y violento del film.
No hay que olvidar, sin embargo, que E.T.-The Extra-Terrestrial también habla de los adultos, de cómo la realidad nos hace olvidar lo que fuimos: niños inocentes eternamente sumergidos en inagotables fantasías.
Al respecto, ver la tierna escena en la que Mary lee a Gertie el cuento de Peter Pan, o el revelador final, justo cuando E.T., tocándole la frente, le dice a Elliot: 
«Estaré aquí mismo».
Ése es el verdadero sentido de la cinta, la frase que resume con exactitud el mensaje que se haya oculto en tan bellas y poderosas imágenes.
Y una infancia que está viva en nuestras mentes, iluminada por nuestros corazones gracias a E.T.-The Extra-Terrestrial que de un modo u otro nos lo hizo ver a través de todo el metraje.
E.T.: The Extra-Terrestrial es una película estadounidense de ciencia ficción de 1982, coproducida y dirigida por Steven Spielberg.
Escrita por Melissa Mathison y protagonizada por Henry Thomas, Robert MacNaughton, Tom Byron, Drew Barrymore, Dee Wallace y Peter Coyote.
Cuenta la historia de Elliot (Henry Thomas), un muchacho solitario que se hace amigo de un extraterrestre, llamandolo E.T., quien se queda abandonado en la Tierra. 
Elliot y sus hermanos ayudan al extraterrestre a volver a su hogar, mientras intentan mantenerlo oculto a su madre y el gobierno.
El filme fue nominado a 9 Oscar en los Premios de la Academia, incluyendo el de Mejor película.
Gandhi ganó este premio, pero su director, Richard Attenborough, declaró:
«Yo estaba seguro de que no únicamente E.T.-The Extra-Terrestrial podría ganar, sino de que ganaría. 
Fue inventiva, poderosa, y maravillosa».
Ganó 4 Premios de la Academia: Mejor música original, Sonido, Edición de sonido y Efectos visuales.
En encuestas del American Film Institute, E.T.: The Extra-Terrestrial ha sido votado como el 24º mejor filme de todos los tiempos, el 44º más emocionante y el 6º más edificante.
Otra encuesta del AFI lo evalúa como la 14ª mejor banda sonora y como el tercer mejor filme de ciencia ficción.
La frase: E.T. Phone home!... fue clasificada 15ª en la lista 100 años… 100 citas de película del AFI.
En lo que a la producción, se refiere hay mucho que hablar, pero tratare de ser breve.
Spielberg audicionó a más de 300 niños para los papeles.
Después de haber trabajado con Cary Guffey en Close Encounters of the Third Kind, el se sintió confiado en trabajar con un elenco compuesto en su mayoría de actores infantiles, en lugar de adultos jóvenes.
Robert Fisk sugirió a Henry Thomas para el papel de Elliot.
Thomas, quien audicionó en un traje de Indiana Jones, no tuvo un buen desempeño en el ensayo, pero obtuvo la atención de los cineastas en una escena improvisada.
Los pensamientos en su perro muerto inspiraron sus convincentes lágrimas.
MacNaughton audicionó ocho veces para actuar como Michael, algunas veces con niños que audicionaban para Elliot.
Spielberg consideró a Drew Barrymore porque tenía la imaginación adecuada para el filme, después de que lo impresionó con una historia de que dirigía a una banda de punk rock.
Spielberg disfrutó trabajando con los niños, señalando que la experiencia le hizo sentirse listo para convertirse en padre.
El Rey Midas rodó el filme en un aproximado orden cronológico para lograr una convincente interpretación emocional de su reparto.
En la escena del primer encuentro de Michael con el extraterrestre, la apariencia de la criatura causó que MacNaughton saltara, realmente, hacia atrás y tumbara los estantes detrás de él.
El rodaje cronológico dio a los jóvenes actores una experiencia emocional en como ellos se enlazaron con E.T., haciendo las secuencias del hospital más conmovedoras.
El mayor trabajo de voz para E.T. fue realizado por Pat Welsh, una anciana quien vivía en Marin County, California.
Welsh fumaba dos paquetes de cigarrillos al día, lo que le dio a su voz una calidad que al creador de los efectos de sonido Ben Burtt le gustó.
Para rabia de muchos, Spielberg da muestras de su portentoso genio, algo que demuestra especialmente en los minutos iniciales, ya que oculta al público la figura de E.T., buscando con ello nuestra expectación ante la inminente revelación.
Además, se aleja del infantilismo más fácil en los soberbios pasajes en los que aparecen los agentes gubernamentales y los científicos que buscan a E.T., otorgándole así una apreciada seriedad al filme.
Su entrada en el hogar de Mary y de sus hijos es sobrecogedora, al igual que su posterior visión, acercándose amenazadoramente desde la carretera.
Por último, y por muy trivial que parezca, destacar su imaginación a la hora de hacer volar a los niños en bicicletas, en especial cuando Elliot lo hace con la luna de fondo.
Una hermosa estampa que permanecerá en el recuerdo de incontables generaciones.
Por otra parte, notoria es su magnífica dirección de actores, y en particular lo naturales que resultan los niños que se someten a sus órdenes.
Veamos los personajes:
E.T.: Curiosamente el rostro de la criatura fue inspirado en los rostros de Carl Sandburg, Albert Einstein y Ernest Hemingway, para darles una candidez muy familiar.
La productora Kathleen Kennedy contrató a personal del Instituto Jules Stein Eye para crear los ojos de E.T., que ella sentía eran particularmente importantes en la atracción de la audiencia.
Cuatro cabezas de E.T. fueron creadas para la filmación, una como la animatrónica principal y las otras para expresiones faciales, así como un traje.
Dos enanos, Tamara De Treaux y Pat Bilon, además de Matthew De Meritt de 12 años de edad, quien nació sin piernas, se turnaban para llevar el traje, dependiendo de la escena que estaba siendo filmado.
Caprice Roth, un mimo profesional, lleno de prótesis representó las manos de E.T.
La criatura final fue creada en tres meses con un costo de USD 1,5 millones.
Spielberg declaró que era algo que sólo una madre podría amar… creo que se refería a algo así como lo que vio Rosemary en la cuna.
Henry Thomas como Elliot, un niño solitario de diez años de edad, quien es atormentado por su hermano mayor.
Elliot anhela un buen amigo, quien lo encuentra en E.T.
Elliot adopta al extraterrestre abandonado y ellos forman un lazo mental, físico y emocional.
Henry Thomas está genial, tanto en los momentos cómicos (los divertidos acontecimientos de la escuela) como en los dramáticos (Elliot y E.T. mostrando sus dedos y gritando «auch» para manifestar el dolor que les produce su separación).
Robert MacNaughton como Michael, es el hermano jugador de fútbol de Elliot de 16 años de edad quien frecuentemente abusa mentalmente de él.
Su desempeño en la película, viene reflejado en ese paso “difícil”, de la niñez a la adolescencia, con madurez responsable.
Drew Barrymore como Gertie, es la hermana traviesa de Elliot de siete años de edad.
Ella es sarcástica e inicialmente aterrorizada de E.T., pero crece su amor por el extraterrestre.
Incluso la pequeña nieta del gran John Barrymore está espléndida, tal y como se puede comprobar en los momentos en los que el extraterrestre se está muriendo.
Dee Wallace como Mary, la madre de los niños, recientemente separada de su marido.
Ella está en su mayor parte inconsciente de la presencia del extraterrestre en su hogar, a tal punto, sumergida en sus cosas, no demuestra atención ante los acontecimientos, es una madre ciega, que no ve mas allá de lo que ella creer que es posible y natural.
Peter Coyote como Keys, es un agente del gobierno así apodado por los llaveros que prominentemente cuelgan de su cinturón.
Él le dice a Elliot que ha esperado ver a un extraterrestre desde la edad de diez años.
Este puede ser el papá de Mulder, que siempre estuvo obsesionado con la idea de la vida más allá de las estrellas y viene a representar la idea de que los adultos, además de creer en los niños, creen en la vida extraterrestre.
K. C. Martel, Sean Frye y C. Thomas Howell como Greg, Steve y Tyler.
Son los amigos de Michael, que ayudan a Elliot y a E.T. a evadir a las autoridades durante el clímax del filme.
Ellos representan los amigos incondicionales, ellos no preguntan, ni cuestionan, su incondicionalidad es ciega, confiando en que sus acciones son buenas, toman el riesgo y ayudan a Elliot.
Erika Eleniak como la niña que Elliot besa en la clase.
Acá vemos el carácter emocional que rodea a Elliot fuera del grupo de amigos, es la que nos dice, que Elliot es un niño común y corriente; travieso y enamorado, en vía de descubrimientos.
La película cambió las vidas de todas las personas involucradas.
Lanzó las carreras de Henry Thomas y Drew Barrymore, además de los actores de reparto tales como C. Thomas Howell y Erika Eleniak; reafirmó las carreras de los llamados "veteranos", Dee Wallace Stone y Peter Coyote; y añadió una estrella a los currículos de los miembros del equipo que provocaría un gesto de respeto durante las siguientes décadas.
El antiguo colaborador de Spielberg, John Williams, compuso la partitura musical de E.T.-The Extra-Terrestrial.
Williams describió su desafío en la creación de una partitura que generara simpatía por esa criatura de aspecto extraño.
Al igual que con sus anteriores colaboraciones, a Spielberg le gustó cada uno de los temas compuestos por Williams y los incluyó.
Spielberg amó la música para la persecución final tanto que editó la secuencia para adaptarse a ella.
En el estreno, John Williams dirigió en vivo la ejecución de la partitura.
La banda sonora de John Williams es la que más gana con su remasterización y exhibición en cines con sonido digital.
Es un ejemplo de cómo una partitura ha de integrarse en unas determinadas imágenes; toda ella merece ser resaltada, sin excepción.
Atención, por ejemplo, a la llegada de los extraterrestres, con esa tenue música descriptiva que introduce de lleno al espectador en la historia.
Inefable es el trabajo de Williams cuando da alientos a los niños mientras pedalean en sus bicicletas, y trágicas sus notas cuando desarrolla con ellas la enfermedad de Elliot con E.T.
Spielberg tenía razón cuando decía que no era otro, sino el compositor, el que mantenía a los protagonistas en el aire cuando iban montados en sus bicicletas. 
Un verdadero portento.
Posee el poder de coger un momento en particular y elevarlo, o puede coger una lágrima que se está formando al borde del ojo y hacer que se derrame.
Para Williams fue todo un reto componer la música de escenas que ni siquiera había visto aún.
Comenta que la primera vez que vio E.T.-The Extra-Terrestrial, la bicicleta con la Luna de fondo aún no estaba, ya que la toma de los efectos visuales todavía no estaba lista.
Un compositor no siempre dispone de todas las imágenes, se debe usar la imaginación y extender la gramática musical, añadió.
Cuando sientes eso, prosigue Williams, lo sientes con todo el corazón.
Para la escena en la que vuelan, respiré fuerte y sentí la libertad y la afirmación de la visión de que puedes volar con una criatura de otra especie, pero con la que compartes lo mismo espiritualmente.
Podemos superar la Luna, es una idea fantástica que pide fuerza en la música y un gran sentimiento de libertad.
Perdemos gravedad, estamos en el espacio y, por fin, somos libres.
Eso es lo que nos debe aportar el compositor y la orquesta en una escena de tal magnitud.
INSUPERABLE, la partitura ganadora del Oscar, alejada del contexto cinematográfico es arrolladora.
La música que Williams compuso para E.T.-The Extra-Terrestrial se ha convertido en una de las composiciones más queridas y sensibles del músico; destaca por sus muchos momentos de simple virtuosismo musical, ya sean momentos de atención total, momentos más tranquilos y pensativos, o momentos de suspense o amenaza.
E.T.-The Extra-Terrestrial dejo para la historia una serie de escenas míticas, además de dar una lección de cómo hacer cine de entretenimiento, utilizando alta tecnología a favor de los eventos dramáticos, con arte y poderío.
En estos años, Steven Spielberg no tenía rival ninguno y era capaz de convertir una historia como la de E.T.-The Extra-Terrestrial en un clásico absoluto, dejando muestra de su talento con algunas de las mejores escenas de la historia del cine moderno, como por ejemplo:
El momento en el que E.T y Elliot se encuentran.
Elliot ha oído algo raro y surge el momento de la pelota.
Cuando sale al jardín a investigar y descubre a E.T entre un maizal pegándose los dos un susto tremendo.
Algo con lo que Spielberg nos viene a decir que tanto miedo tiene el alienígena de nosotros, como nosotros de él.
Las bicis voladoras.
Sin duda, una de las escenas más recordadas.
E.T. Hacia el final de la película, cuando Elliot, su hermano y sus amigos huyen de la policía, FBI o lo que sea, el extraterrestre hace que las bicis de todos ellos vuelen para poder escapar y ayudarle a llegar a su casa.
Simplemente magnifico, en este momento, mutismo en todos los sentidos, ametrallados por la música de Williams, es un “to die for”…
El dedo, “mi casa”, etc…
El mismo E.T.-The Extra-Terrestrial tenía una serie de peculiaridades que han durado en el tiempo, como era lo de “encender” su dedo, con el que curaba las heridas, o la de veces que decía “mi casa” y señalaba al cielo diciéndonos que venía del quinto pino espacial.
E.T borracho… perdido.
Una escena que parece sacada de la mejor comedia americana de los años dorados de Hollywood.
E.T se pone pedo perdido a base de cerveza y vemos como llega la madre de Elliot pero aunque el extraterrestre va borracho perdido por la cocina, ella no consigue verle ni una sola vez.
Por supuesto, como Elliot siente lo que siente E.T, él está en clase pero también está borracho.
La lista de momentos, escenas y situaciones memorables podría alargarse muuuucho si quisiéramos: la escena de Halloween, con E.T disfrazado; el momento en el que E.T enferma; la flor que refleja el estado de salud de E.T.; como se trata a los adultos en la película, ya que no se le ve la cara a ninguno de ellos, salvo a la madre de Elliot, hasta que E.T es capturado.
Como digo, la película en sí es una recopilación de momentos clásicos de la historia del cine moderno.
La historia está repleta de grandes momentos, secuencias que quedan en nuestra memoria por siempre.
Después de tantos años, sigue poniéndome la carne de gallina, lloro, me estremezco, un momento mágico.
Lo mejor del film es el final, esa promesa de E.T. a Elliot, con su dedo iluminado dejándolo grabado en su cabeza y en su corazón, de que:
"Siempre estaré aquí”.
Parece seguir teniendo la misma fuerza de juramento ahora que entonces.
E.T.-The Extra-Terrestrial es para la persona que somos, la persona que hemos sido y la persona que nos gustaría volver a ser.

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