Volver

«Tres generaciones de mujeres sobreviven al viento solano, al fuego, a la locura, a la superstición e incluso a la muerte a base de bondad, mentiras y una vitalidad sin límites.»

Lágrimas, sonrisas, carcajadas, fantasmas, rusas, peluqueras, clientas marujas, besos y rituales manchegos, acoso sexual, porros, prostituta, televisión basura, mentiras, cuentas pendientes, soledad, muertes, nacimientos, joyas de plástico, estampados floreados y una infinidad de vueltas, son los elementos que fluyen, de manera totalmente libre y diluida, por cada uno de los minutos de metraje de Volver.
Con Volver regresa tras un paréntesis de 18 años, la musa almodovariana por excelencia en los 80, la excepcional y ENORME Carmen Maura, que brilla con luz propia, haciéndonos revivir sus excelentes interpretaciones.
Vuelve también Penélope Cruz, en absoluto estado de gracia, rescatada de su mediocre carrera norteamericana, para hacerla ascender meteóricamente al firmamento de las grandes musas del neorrealismo italiano en el que moran los recuerdos de la Anna Magnani, la Sophia Loren o la Claudia Cardinale.
También supone el regreso del realizador manchego a su patria chica, La Mancha, que es retratada con óptica surrealista, seguramente rememorando mundos y sensaciones infantiles, con la misma habilidad con que tantas veces ha reflejado los fríos y coloristas escenarios urbanos de la “movida” madrileña.
Regresa también al universo femenino, a las historias corales de mujeres, en el que además de las actrices citadas, destacan las brillantes y conmovedoras interpretaciones de Lola Dueñas, Chus Lampreave y Blanca Portillo.
Volver es en definitiva la historia de varios regresos, y el más destacable de éstos es el que supone regresar al mejor cine de Almodóvar, aquel que sabe sortear con habilidad un guión que se presta a la sordidez, para crear una tierna historia de amor, narrada a través una inspirada conjugación de géneros, pasando de la comedia al melodrama, del costumbrismo social al esperpento y de la intriga a lo fantástico, demostrando que su talento ha alcanzado una madurez que, lamentablemente, una gran parte de la crítica, obstinadamente le sigue negando.
Volver no es una comedia surrealista, aunque en ocasiones lo parezca.
Vivos y muertos conviven sin estridencias, provocando situaciones hilarantes o de una emoción intensa y genuina.
Es una película sobre la cultura de la muerte.
El modo en que los muertos continúan presentes en sus vidas, la riqueza y humanidad de sus ritos hace que los muertos no mueran nunca.
En Volver encontré por un lado una exposición feminista sobre la suficiencia de la mujer para afrontar su vida asumiendo el control absoluto, tomando decisiones, vengando las agresiones, ocultando las miserias, todo para tratar de ser lo más feliz posible.
Volver es una película española de 2006 escrita y dirigida por el genial Pedro Almodóvar.
Está interpretada por Carmen Maura, Penélope Cruz, Lola Dueñas, Blanca Portillo, Yohana Cobo y Chus Lampreave.
Como es habitual, la magnífica banda sonora de Alberto Iglesias.
Cabe destacar que Penélope Cruz fue candidata al Óscar a la mejor actriz.
Volver rinde homenaje al perseverante y asfixiante luto que incitó al director manchego a plasmar un universo de color cuyas raíces están íntimamente ligadas al movimiento Pop Art promovido por Andy Warhol.
Sobre exponer la cotidianeidad de personajes marginados y desplazados a causa de las fuertes estructuras de poder de la sociedad, es una de las características que, en esencia, resume el éxtasis que Pedro Almodóvar trasmite a través de sus personajes.
Los personajes de Volver tienen el acento de La Mancha y en su mayoría son mujeres.
Ellas son Raimunda (Penélope Cruz) casada con un obrero en paro y una hija adolescente (Yohana Cobo).
Sole (Lola Dueñas), su hermana, se gana la vida como peluquera.
Y la madre de ambas, la rusa, (Carmen Maura), muerta en un incendio, junto a su marido.
Este personaje se aparece primero a su hermana (Chus Lampreave) y después a Sole, aunque con quien dejó importantes asuntos pendientes fue con Raimunda y con su vecina del pueblo, Agustina (Blanca Portillo).
Los maridos son infieles, violadores, degenerados, pederastas, borrachos, atorrantes, que abandonan a sus esposas sin importarles el destino de su familia.
Técnicamente, Almodóvar dirige Volver de manera más fluida que nunca.
Notamos su esencia en cada uno de los planos del film: reflejos en autobuses, tricolor en la entrada del bar, primerísimos primeros planos escalofriantes (papel de cocina empapándose de sangre), el famoso carro rojo típico en todos los filmes del director, etc.
Almodóvar vuelve a un aspecto ya homenajeado: las mentiras y la estrategias que usan para ocultar (Volver es una película en la que se oculta mucho); de hecho, todas las actrices ocultan, en un momento u otro, convirtiéndose, de esta manera, en excelentísimas víctimas de la cotidianeidad social en la cual se encuentran sumergidas.
Además, la soledad se convierte en un «fantasma» que sobrevuela la película de una manera muy sutil pero profunda.
Frases como:
«Estoy sola, como siempre»
«Imagino las soledades que habrás pasado»
«No me hagas llorar, que los fantasmas no lloran»
Dejan constancia de un sello almodovariano por excelencia.
Pedro es capaz de mostrar un supuesto fantasma de manera cómica pero envuelto en un contexto dramático, es una habilidad cinematográfica que Almodóvar aborda mejor que nadie.
Hace una crítica a los programas de televisión que denominan telebasura, es un homenaje y referencia a Bellissima de Luchino Visconti e incluso el aspecto de Penélope Cruz es idéntico y está inspirado en los de Anna Magnani y en el de Sofia Loren en La Ciociara.
Así como Managni lleva su hija a un concurso de talento, y la Loren ama y protege a su hija Rosetta.
Al final… el viento seguirá soplando…

“Vivir con el alma aferrada a un dulce recuerdo que no ha de volver...”



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