La Mala Educación

“Il cuore matto che ti segue ancora
E giorno e notte pensa solo a te
E non riesco a fargli mai capire
Che tu vuoi bene a un altro e non a me”.
Little Tony

Una de las obras cinematográficas más interesantes y más arriesgadas que se han planteado en los últimos años.
La mezcla de tres tiempos distintos así como la intersección de la ficción dentro de la realidad, nunca hubiesen llegado a buen puerto si las manos de quien teje toda esta trama no fueran las de la sabiduría, las del buen hacer y buen gusto: Las manos de Almodóvar.
Quizás, Quizás, Quizás…
Hay que reconocer que el mundo retratado por Almodóvar es oscuro y pesimista, donde el individuo se queda solo e indefenso ante la pasión y el deseo, hasta el punto de convertirse en víctima.
Este film es posiblemente el manifiesto más homosexual de Almodóvar, con la que tiene muchos puntos en común con personajes que se mueven en un submundo de bajas pasiones, pero esta vez exclusivamente protagonizada por hombres.
El travestismo es la máscara enigmática de la tragedia que el cineasta aprovecha para sazonar el argumento con su habitual dosis de humor inconfundible.
Para entender esta peculiar revisitación del cine noir basta centrar la mirada en Ignacio, el personaje que interpreta Gael García Bernal encarnando a la femme fatale reconvertida en un arribista con ganas de comerse el mundo utilizando las tácticas de Barbara Stanwyck, Jean Simmons, Veronica Lake o Joan Bennett.
Todo ello conjugando su universo colorista y urbano con un naturalismo insólito en su filmografía.
La Mala Educación parte de una premisa sugestiva y polémica: la nefasta influencia de las rígidas escuelas católicas del franquismo y el posterior desarrollo del trauma en la “movida” de los ochenta.
Así pues, periodos que Almodóvar conoce y domina a la perfección y en los que encuadra una historia que, al rondarle durante años, ha acabado por ser abordada de una manera más obsesiva que cerebral.
En esa pérdida de la objetividad hacia su propia obra, acaban cayendo sobre ella todos los excesos del cine de su autor pero, si bien siempre había dado con la fórmula para encajarlos en un conjunto homogéneo, en esta ocasión las no pocas ideas brillantes de la película aparentan ser engarzadas por alguno de sus discípulos con menos pericia, si no fuera porque la genialidad resurge, reina y deslumbra en determinadas secuencias de una belleza insuperable.
El tema de los abusos sexuales por parte de religiosos se enmarca dentro del sistema de educación nacional católico de la época franquista, y da pie para titular la cinta como La Mala Educación.
Es una forma de unión de los personajes protagonistas dentro de un secreto inconfesable; aunque en cualquier caso, el tema queda bien delimitado alrededor del personaje del padre Manolo, consiguiendo intencionadamente no generalizar.
Debido a la presencia de actos pedofílicos en la película por parte de un religioso, la Iglesia católica rechazó fuertemente la cinta, sobre todo en países como Polonia con gran porcentaje de católicos practicantes.
Si bien todas las críticas coinciden en que es una de las películas más personales del director y en la actuación magistral de Gael García Bernal, es una de las mejores muestras del universo Almodóvar.
Los críticos que consideran esta película como una obra maestra aprecian la originalidad y la provocación de la cinta, la reinvención del género noir en el filme junto con la elegancia que desprende y su interesante visión del mundo LGBT.
La Mala Educación fue un reto largamente aplazado por el director, Almodóvar empezó a escribirlo hace mucho tiempo (cuando era adolescente, como un cuento, como una venganza barroca sobre la educación católica que recibió), con el título de "La Visita" (reconvertido ahora en pieza independiente dentro del film) y lo aparcó al no encontrar al actor capaz de encarnar a Zahara, el travesti que iba de pueblo en pueblo imitando a Sara Montiel.
Cine dentro del cine con numerosas citas cinéfilas –desde los iniciales títulos de crédito de "Psycho"– y publicidad encubierta, y drama que se convierte en cine noir para hablar de vacíos existenciales.
Una película irregular y espesa en el ritmo narrativo, profundamente ideológica y visceral en los contenidos que abundan en el mundo personal del director –esta vez sin "chicas Almodóvar", por mucho que haya quien aparezca como travesti.
En La Mala Educación Almodóvar deja a sus “mujeres” para dedicar una película a los hombres y como no, a los gais y transexuales como drogadictos, perversos y lo peor de la sociedad religiosa.
La Mala Educación critica especialmente al clero y a esa frustración del sistema que lleva consigo trastornos sexuales que fluyen hacia el alumnado tal como refleja en la película, el abuso sexual y psicológico hacia el alumnado por parte del clero, en una edad muy delicada, puede tener repercusiones muy peligrosas:
“En este momento he perdido la fe.
Si no tengo fe, no creo en el cielo ni en el infierno, si no creo en Dios ni en el infierno soy capaz de cualquier cosa”.
La Mala Educación es una película española de 2004 de temática LGBT escrita (en colaboración con Gonzalo Garcés) y dirigida por Pedro Almodóvar y protagonizada por Gael García Bernal, Fele Martínez y Daniel Giménez Cacho. 
Jean Paul Gaultier se encargó de vestir a los travestis que pueblan la película.
Está ambientada en Madrid en 1980 y cuenta el encuentro de un director de cine de éxito, Enrique Goded, con su antiguo compañero de colegio, Ignacio Rodríguez.
"El cine dentro del cine", tema ya aparecido en anteriores películas del director, aquí adquiere una importancia argumental con la representación del guión ficticio, mezclando y confundiendo realidad y ficción.
El director ha negado que sea una película autobiográfica, aunque reconoce que muchas de sus vivencias están detrás del guión.
Posiblemente por ello, en esta película el tradicional universo femenino da paso a un universo homosexual, si bien tocado desde el travestismo en el caso de Zahara y Paca, la transexualidad en el caso de Ignacio, o la bisexualidad, representada por la ambigüedad sexual de Juan, Enrique Serrano y Manuel Berenguer.
El director no olvida sus viejas obsesiones: el amor apasionado e irracional y la seducción animal.
Dentro de esta película, la relación entre los personajes Juan y Manuel Berenguer es la mayor muestra de ello.
Manuel Berenguer está dispuesto a destrozar su propia vida por conseguir los favores de Juan; y éste a su vez, consciente de su atractivo, no escatima esfuerzos ni chantajes sobre aquél en sus propósitos de triunfar en el mundo del cine y quitarse el lastre de su hermano.
La Mala Educación es un cuidadoso ejercicio de guión que llega a intercalar hasta cuatro o cinco hilos narrativos en otro principal.
Se trata de otra sagaz ilustración acerca de la subjetividad y la memoria como grandes distorsionadoras de la realidad, una muestra de cómo las historias cuentan más por quién las cuenta que por qué cuentan.
Pero también es una película que, en su mensaje, no va más allá de constituirse en un atípico y sorpresivo ejercicio de nostalgia por unos tiempos de locura (para lo bueno –esos ochenta que presenta– y para lo malo –los sesenta del franquismo o incluso los últimos setenta de la transición a la democracia–) en España.
La película obtuvo excelentes críticas, y fue vista como una vuelta de Almodóvar a su etapa oscura, ubicándola junto a películas como Matador o La Ley Del Deseo. 
Además, se resaltó la gran muestra de cine de autor presente en la obra.
“Yo creo en la pareja:
Dos polvos, dos rayas, dos “amigas”...
Dos cabalgaron juntas, dos por la carretera”...
Los protagonistas:
Gael García Bernal usa sus dotes más camaleónicas en esta película, donde da vida a Juan (ahora llamado Ángel), que se hace pasar por su hermano Ignacio, este último fue compañero de la infancia de Enrique y su primer amor homosexual.
Juan se presenta en su casa como un actor con un guión, con un comienzo de la infancia de los dos amigos, y una continuación ficticia, donde el actor da vida a la travesti Zahara.
Continúa dando vida en la película a Juan, hermano del verdadero Ignacio, capaz de todo por conseguir el éxito como actor.
Fele Martínez es Enrique Goded, un cineasta de éxito abiertamente homosexual, que recibe la visita de una de sus obsesiones, su primer amor de un internado católico.
Enrique no tardará en darse cuenta que su amigo Ignacio no es lo que parece, pero su fascinación por Ángel hará que le siga el juego.
Daniel Giménez Cacho es el padre Manolo, personaje del guión ficticio escrito por Ángel y que Enrique se imagina como una película al leerlo.
Fue el profesor de literatura de Ignacio en su infancia, fascinado por la pureza angelical del niño.
Zahara volverá ya adulta al internado a chantajearlo por los abusos sexuales cometidos en su infancia contra ella.
Lluís Homar es el Sr. Manuel Berenguer, personaje real del padre Manolo, que abandonó los hábitos y fue en busca de Ignacio después que lo chantajeara, con el relato La Visita, cayendo enamorado de su hermano Juan hasta niveles que ni él mismo podía sospechar.
Francisco Boira es el verdadero Ignacio, un heroinómano transexual, que vive con su hermano Juan, y que chantajea a su antiguo profesor Manuel Berenguer, para conseguir un millón de pesetas para operarse y convertirse totalmente en una mujer.
Javier Cámara (ENORME) es Paca o Paquito, uno de los personajes de ficción del guión de Ángel, es un travesti que acompaña a Zahara de nuevo al internado para conseguir dinero del padre Manolo, es el personaje con más carga cómica de la cinta.
Alberto Ferreiro como Enrique Serrano, el personaje de ficción del guión correspondiente a Enrique Goded, con el que Zahara se reencuentra antes de morir.
Después de los años, está casado con familia y vive en el pueblo cercano al internado.
Juan Fernández como Martín, ayudante de producción y antigua pareja de Enrique Goded.
Nacho Pérez como Ignacio de niño, un chico con voz angelical que enamora al padre Manolo, y apasionado de las películas de Sara Montiel que ve en el cine Olympo con su primer amor Enrique.
Raúl García Forneiro como Enrique de niño, un chico independiente, con sentimientos hacia su amigo Ignacio, por el que está dispuesto a todo para que no sufra.
Francisco Maestre como el padre José, subordinado del padre Manolo y autor de la muerte de Zahara.
Petra Martínez como madre de Ignacio y Juan, una mujer atormentada por sus hijos, que sigue viviendo en su pequeño pueblo de Galicia.
Roberto Hoyas como el camarero de La Perla, que indica a Enrique Goded como llegar a la casa natal de Ignacio.
Leonor Watling como Mónica, ayudante de vestuario de La Visita, curiosamente, no aparece en los títulos de crédito.
La palabra que cierra esta película es “pasión” y es que cualquier película de este director es una película pasional, pero esta creo que es especial en ese aspecto. 
Los sentimientos son muy importantes aquí, son cambiantes.
Los personajes se mueven por su interior y se conmueven por las historias que les rodean.
La Mala Educación no es una película de buenos y malos, sino de seres imperfectos que encuentran su oportunidad para saldar deudas:
“Pa´las cosas malas las dos juntas, pero pa´las buenas tu sola!"
“Lo malo de las plegarias sucede cuando son escuchadas”
Truman Capote

"Aplaudir un poquito coño!”



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