Twilight

"When you can live forever, what do you live for?"

Lo primero que tengo que decir es que no he leído la novela en la que se inspira esta película, y la causa de mi crítica obedece a una invitación de mi sobrina quinceañera, la cual muy entusiasmada me acompaño durante el visionado.
Yo tenía otras expectativas, pero justamente su compañía, me hizo cambiar el horizonte, empecemos...
Una obra cinematográfica debería sostenerse por sí sola sin tener en cuenta el material literario del cual se nutre.
Está claro que las adaptaciones cinematográficas de libros nunca son fáciles, y desde luego que esta película está hecha más para satisfacer a los lectores de la saga de Stephanie Meyer, que para los que no hemos leído ninguno de los libros, y sólo estamos ante una película romántica de vampiros sin más.
Luego está el eterno problema que representan las películas hechas saga, después de un capitulo de 2 horas y algo mas, no hay conclusión de la historia y por tanto se hace difícil concretar una crítica seria de la misma.
Injustamente me he encontrado muy malas críticas sobre Twilight en el medio, siendo un amante del cine sin importar géneros y estilos me he tragado de todo tipo de películas, considero que esta saga empezando con Twilight ha sido sobrevalorada.
Fundamentalmente porque los que ya conocían los libros, siempre poseen mucha más información acerca de la personalidad de los personajes, del porqué de algunos detalles a los cuales el resto de espectadores no les damos ninguna importancia o de lo que es más importante, el sentido de la historia, del porqué Bella actúa como actúa y qué ve en Edward para enamorarla.
La chica, Bella, que representa la vida, la locura del primer amor, la espontaneidad, y el vampiro, Edward, que representa la muerte, la serenidad y la madurez fruto del paso del tiempo, corresponden a todo este entramado novelesco de matiz victoriano en un tiempo de iPods.
Paradójicamente Bella luchará por su muerte para unirse a Edward y Edward por la vida de su amada, en contra de su propia naturaleza, y el estira y encoge será presentado durante el transcurso de las cuatro entregas, y eso es mera intuición, sacado del primer visionado.
Si bien esta película es uno de los grandes fenómenos del 2008, mediático y de taquilla, en realidad no aporta mucho al cine moderno.
La misma posee muchas falencias en lo argumental, que aparentemente resta importancia.
La historia es típica y meramente hecha para las (y no tanto los) adolescentes del momento.
A lo mejor me equivoco pero para mí un vampiro es una criatura monstruosa y aterrorizante, un no muerto que se alimenta de sangre humana y casi por completo privado de sentimientos humanos, un personaje trágico condenado a la inmortalidad (condenado, ojo, no gratificado con ella) que surge de los temores de la especie, del lado oscuro de nuestro ser.
Sin embargo, últimamente, y la definición que se da en esta película lo corrobora, un vampiro parece ser un hombre guapísimo, de corrección y elegancia desmesurados, romántico a tope y dotado de súper poderes (el vampiro clásico también usaba magia pero es que aquí parece ya una especie de Superman), y al que se ha privado de peligrosidad, al que se le han cortado los colmillos (tanto en el sentido real como metafórico).
Nadie le compadece por su maldición, sino más bien todo lo contrario... ¡quieren ser como él!
Claro está que se le dota de una cuota de bondad o mejor dicho de no maldad, como es el hecho de que solo beben sangre de animales, ellos se comparan con los vegetarianos.
La familia de Edward con su infinita bondad, amor entre ellos y comprensión, son todos muy fashion y viven en una casa de diseño con grandes ventanales.
Una familia feliz puramente americana.
Antes un vampiro representaba un deseo sexual encubierto.
Curiosamente, esta cinta sí conserva ese aspecto, pero lo transforma y lo manipula para convertir el mensaje original en su opuesto.
Si los victorianos veían en el conde Drácula una amenaza para sus féminas, a las que tornaba sensuales y díscolas con la moral patriarcal, los contemporáneos fans de Meyer ven a un vampiro que las ama tanto que "las respetará".
Toda la película está llena de escenas donde Edward "se contiene" para no dañarla (metáfora de la sexualidad).
No deja de resultar extraño de ver un amor tan "apasionado" en el que no se dan ni un beso sus protagonistas.
Supongo que ahí está el quid de la cuestión, en esa tensión sexual no resuelta que hará estremecerse de placer y ansiedad a todas las jóvenes púberes del mundo, fantaseando sobre "el gran momento".
¿De verdad estamos en el siglo XXI?
Los valores transmitidos por Meyer son, como poco, cuestionables.
Bella ansía la inmortalidad, es decir, ser un vampiro, para estar eternamente con su novio, y por la peregrina razón de que si no se convierte llegará un momento en que ella... ¡parecerá más vieja!
¡Increíble la superficialidad de la autora!
Curiosamente, la protagonista da unas primeras apariencias de una ambigüedad sexual cuestionable, al mismo modo que su contraparte masculina.
Belleza, amor idealizado, mitos aligerados de su significado profundo, superficialidad, juventud como valor casi único, represión sexual...
Cuento de hadas en suma escrito por la mormona Meyer para las nuevas generaciones, y que saca a la luz que en el fondo la raza humana no ha evolucionado mucho en su pensamiento, pues sigue siendo igual de carca que en épocas pretéritas.
Realmente considero que la película, dejando aparte estas consideraciones, no es del todo aburrida, y podría funcionar como romance adolescente, que no como relato de terror o fantasía.
Las partes fantásticas son escasas y resultan algo sosas.
Tampoco hay violencia explícita, lo cual es un punto a favor.
Las escenas de muerte se tratan en elipsis o en imágenes borrosas en segundo plano, como la muerte de uno de los vampiros malos, ayudando a crear ese aura light e idealizada.
Nada mal…
Twilight es un film dirigido por Catherine Hardwicke con guion de Melissa Rosenberg basado en la novela de Stephenie Meyer, el cual representa el primero de cuatro libros.
El reparto se hizo mundialmente conocido a raíz de esta película y lo compone: Kristen Stewart (Bella Swan), Robert Pattinson (Edward Cullen), Billy Burke (Charlie Swan), Peter Facinelli (Dr. Carlisle Cullen), Elizabeth Reaser (Esme Cullen), Nikki Reed (Rosalie Hale), Ashley Greene (Alice Cullen), Jackson Rathbone (Jasper Hale), Kellan Lutz (Emmett Cullen), Cam Gigandet (James), Edi Gathegi (Laurent) y Taylor Lautner (Jacob Black) entre otros el gran Graham Greene.
La serie ha vendido más de 5.5 millones de libros tan sólo en los Estados Unidos.
La película Twilight siguió el éxito literario y se ha convertido rápidamente en un gran fenómeno internacional, con una amplia base de admiradores dedicados, especialmente mujeres, que han sido atrapadas por la historia romántica estilo Romeo y Julieta entre la mortal Bella y el vampiro Edward, quienes sólo sobrevivirán juntos si Bella logra escapar de los vampiros liderados por James.
En los aspectos técnicos llama la atención una fotografía en tonos fríos y húmedos que envuelve la película de forma efectiva y que le da cierta personalidad.
Me encantan los escenarios y la fotografía la encuentro merecedora de una nominación al Academy Award.
La puesta en escena del film y las localizaciones son más que correctas.
La conexión entre los dos protagonistas es tan intensa que no puede pasar desapercibida, y es que uno de los mejores aspectos que nos podemos encontrar son los intérpretes escogidos, que dan una forma tan especial a sus personajes que convierten los roles típicos en únicos, creo que el portafolio de sus protagonistas tendrán a Twilight como referencia para el resto de sus vidas.
Hay una escena que resume perfectamente la tergiversación del mito vampiro y que no puedo privarme de reproducir:
Edward explica a Bella por qué los vampiros no se muestran al sol...
¡Porqué brillan!
Reconozco que esta escena me descolocó por completo.
Cuando él le dice que le va a mostrar su verdadero ser pensé que iba a transformarse en un monstruo horrible, que era una forma para que ella se apartara y todo eso, pero que va... no era un monstruo, era casi un ángel...
Lógicamente, hermoso.
La historia en general está muy bien llevada, la primera mitad de la película te mantiene la intriga sobre por qué será tan "raro" el chico protagonista en su comportamiento hacia Bella y la segunda mitad narra de manera bastante realista y creíble (pasando por alto el hecho de que él es un vampiro) la historia de amor y las diversas dificultades a las que han de enfrentarse.
Todo ello aderezado con toques de humor, que pese a que la mayoría están dedicados a las adolescentes que abarrotarán las salas de cine, no chirrían en la película y tienen su gracia para el resto del público.
La principal pega que le pongo a esta película es que está, una y otra vez lo afirmo, demasiado dirigida a quinceañeras.
Esto repercute de manera negativa en ciertos tratamientos de la acción. 
Principalmente, unos cuantos tópicos en la historia de amor que siempre gustan a las adolescentes: chico ideal, amor imposible, diversas complicaciones... y un maquillaje para los vampiros muy caricaturizante, sobre todo en su presentación.
Pero eso no quita la fascinación por el film.
Una película agradable que puede entretener a cualquiera de 'gustos no muy exigentes'.
La considero entretenida y emocionante, y eso que aun no han salido los lobos…
Recomiendo que si quieres disfrutar Twilight, hay que visionarla con una quinceañera, una chiquilla, tal vez tu hija o tu sobrina, además, tienes que tener disposición para querer verla.
Lastimosamente el romanticismo y el idealismo han caído en banal cursilería por parte del espectador, muy lamentable y acá resulta antagónico, ya que sugiere identificar una leve pérdida de escrúpulos, valores e incluso de humanidad.
Hay tres cosas de las que estoy completamente seguro sobre Twilight:
La primera, esta película es de amor, el tema del terror con los vampiros y demás es algo secundario.
La segunda, está plagada de tópicos, es predecible y no muestra nada realmente innovador.
Y la tercera, ha conseguido convencerme de que vale la pena verla.

“Y así es como el león se enamoró de la oveja...”
Edward Cullen



The Twilight Saga: New Moon

... Y el lobo se comió al vampiro!
Ñam!

Arriesgando mi pellejo y posiblemente enfrentado a que me excluyas de tu lista de amistades, tengo que ser sincero y afirmar que me ha gustado The Twilight Saga: New Moon.
Muchos se rasgarán las vestiduras con sólo oír nombrarla.
Otros la adorarán.
Lo que aquí importa es que la gente habla de ella, y ya se sabe, cuando el río suena...
Repito, no he leído los libros, la primera película la vi de casualidad, me entusiasmó, pero ahora afirmo que he alucinado y estoy irremediablemente prendado de la saga.
Por otra parte, noto una cierta hipocresía en muchos espectadores a la hora de valorarla, como si les diera vergüenza subir la nota a un producto originalmente destinado a adolescentes y con posibilidad de resultar una auténtica belleza.
Pero yo soy valiente, y lo repito:
¡¡esta segunda entrega es genial!!
Además que soy un romántico victoriano empedernido.
¿Qué tiene esta saga que trae de cabeza a adolescentes, jóvenes y no tan jóvenes?
Pues simple y llanamente una preciosa historia con unos personajes que, quieras o no, se les coge cariño a medida que uno se adentra en sus historias y descubre sus miedos, sus inseguridades, aquello que los llena y lo que los puede destrozar, porque son sentimientos que conectan perfectamente con todos nosotros, ya que en algún momento de la vida los hemos experimentado.
Me reitero con respecto a muchos puntos que ya remarqué en la crítica a Twilight.
Solo es apta para fans incondicionales de la saga, ya que quien se halle fuera de ese perfil, lo más que podrá apreciar es una evidentísima mejora en cuando a la fotografía, banda sonora y efectos especiales.
Por otra parte, sigue siendo una versión fantástica de cualquier novela rosa, que en esta entrega se recrea aún más en los temas amorosos más manidos: inseguridades, el dolor de la ruptura, las tensiones de un triángulo amoroso y por supuesto, una pasión desenfrenada.
The Twilight Saga: New Moon sigue con este hermoso y a la vez duro romance entre Edward y Bella con el condimento especial de un tercero en discordia, el mejor amigo de Bella, Jacob Black.
The Twilight Saga: New Moon lleva a la saga un paso más adelante, su director Chris Weitz, supera ampliamente a su predecesora.
Twilight fue la encargada de presentar los personajes, por lo que en esta segunda entrega, ya vemos un poco las conductas y las personalidades desarrolladas en interacción con los demás, agregando a todo un clan nuevo como parte “estimulante” para el desarrollo de la historia.
Con The Twilight Saga: New Moon comienza a complejizarse la saga y a entrar en tensión, y el director supo responder muy bien a las exigencias de la trama y, por lo que he escuchado, de los lectores también.
La película es llevadera siempre, sabe en qué momentos hacer hincapié y en cuales apretar el acelerador, esto gracias al director.
De esta historia hay que decir que ha mejorado en la presentación de los efectos especiales, ha mejorado la aparente frialdad de sus protagonistas desde Twilight, ha quitado ese pausado ritmo, pero mantiene el tono dulzón, curiosamente sigue desmitificando a los vampiros en muchos aspectos reconocidos comúnmente por su apariencia física y por algunas de sus características como el hecho de su poca resistencia al sol, etc.
Repito, The Twilight Saga: New Moon, es ante todo una película romántica sin que ello implique un fastidio verla.
La saga creo bastante controversia ya con su primera entrega y en esta segunda no iba a ser menos.
Está claro que la película va a un determinado público y ese es mayormente el de las mujeres, es una película ambientada en el mundo de los vampiros, y en esta entrega también en el mundo de los licántropos.
Esto debe entenderse como el recurso usado por la escritora, para imprimirle ese toque de mística que tanto les gusta ahora a los jóvenes del momento.
The Twilight Saga: New Moon es criticada por entrar en el terreno de lo fantástico, si la película solo fuese una comedia romántica seguramente pasaría totalmente desapercibida por el público ''machista', pero al entrar en este terreno y tener una gran campaña de marketing detrás, se le mira con cierto recelo.
La verdad es que como comedia romántica funciona bien, la película es sobresaliente y como película fantástica es buena, ya que aunque se vea algo de acción, en algún momento quizá falto algo más de decisión en este sentido.
Como siempre Kristen Stewart y Robert Pattinson queman la pantalla cuando están juntos y en The Twilight Saga: New Moon me parece más obra de ella que de él, porque con su amigovio Taylor Lautner (Jacob) también se notó cierta química, lo que me da a pensar que es una maestra de la seducción, actuando claro está.
Lo que si note es la gran exposición que tiene Kristen Stewart en The Twilight Saga: New Moon, Pattinson queda relegado casi a un segundo plano por la cantidad de minutos que Kristen Stewart esta en escena, algo que no ocurrió en la entrega anterior, ahora mas acompañada por un torso desnudo.
El resto del reparto está bien, sin quejas, me gusto bastante Ashley Greene...
Acá, la Green se luce, además de su belleza, habrá que seguir su desarrollo cinematográfico el cual veo bastante prometedor.
Si note que quizás el argumento está un poco forzado, porque Edward lucho tanto para estar con ella y luego la deja sin más, para que viva una vida normal, creo que la separación no fue tan dramática y quizás deja una sensación de excusa barata para seguir con la saga...
Quizás en el libro se viva con mucha más intensidad pero no en la película.
A partir de este desencadenante Bella se encierra en sí misma hasta que empieza a frecuentar a su amigo Jacob.
La película se llena del histeriqueo de Bella para con Jacob (pobre) más un humor sutil pero muy efectivo en casi todos los diálogos y destaco mucho esto último porque creo debería ser un modelo a seguir, al menos a esta película le queda como anillo al dedo.
Tanto en Twilight como en esta secuela, la apología al amor está ahí siempre presente, por eso el referente continuo a la trágica y edulcorada historia de Romeo y Julieta, que como muchos sabrán, también sufrió los embates de la crítica, ratificando que ese tipo de amor flemático irrita a más de uno, sobre todo a los hombres machos cabríos, que ven ante la saga una competencia irrefutable sobre sus quinceañeras novias o las mismas mujeres adolescentes, que temen ser románticas y revelarse como futuras féminas.
Pero en el fondo lo que se pretende mostrar es ese tipo de relaciones de las muchachas de hoy, mucho más maduras, mucho más complejas incluso hasta frías y calculadas.
Mucho se discute sobre la falta de emotividad sobretodo de su protagonista, Kristen Stewart, pero quizás esto sea más bien el reflejo de aquellos adolescentes inexpresivos, de pensamientos calculados, que necesitan permanecer silenciosos y aislados para vivir su mundo en tiempos más prolongados, acá vale un auto examen, recordad que todos fuimos adolescentes...
The Twilight Saga: New Moon es la secuela basada en la novela homónima de la escritora estadounidense Stephenie Meyer y adaptada al cine por Melissa Rosenberg.
Esta segunda parte de la saga muestra un momento muy oscuro en la vida de su protagonista Bella Swan, una adolescente que enfrenta una depresión tras la partida de su novio Edward Cullen, un vampiro, que la deja para evitar poner en peligro su vida, la situación la acerca a su amigo Jacob Black, quien empieza un proceso de metamorfosis que lo transforma en hombre lobo.
Los actores Kristen Stewart, Robert Pattinson y Taylor Lautner vuelven a interpretar los personajes principales ahora bajo la dirección de Chris Weitz.
La mayoría del elenco de Twilight regresa a The Twilight Saga: New Moon, agregando a, la ahora mayorcita y casi irreconocible siempre imponente, Dakota Fanning quien fue elegida como Jane, sin previa audición supongo, debido a sus dotes histriónicos ya anteriormente revelados.
Curiosamente, debido a los cambios físicos que sufre el personaje Jacob Black en la novela New Moon, Chris Weitz consideró que otro actor podría hacer mejor el papel.
Ante esa situación, Taylor declaró:
"He estado trabajando desde que terminé de rodar Twilight.
He ganado 19 libras y le prometo a Chris 10 más para cuando empiece el rodaje."
En enero de 2009, Summit Entertainment y el director confirmaron que Taylor Lautner seguiría interpretando a Jacob.
Amigo, te qu/creemos.
A finales de marzo de 2009, Summit Entertainment publicó una lista que contenía los nombres de los actores pertenecientes a la manada de lobos.
El casting para el resto de la tribu Quileute estuvo encabezado por la directora de casting Rene Haynes, quien ha trabajado en películas en las que actuaban nativos americanos, como Dances With Wolves, encabezado por el mítico actorazo Graham Greene.
Ahora ya sabemos los grupos de personajes que encontramos en la saga:
Por un lado, los Swan:
Stewart también persevera con su expresión perpetua, como si hubiere fumado un campo de marías antes de rodar, pero ha sabido solventar un papel complicado que le exigía pasar del amor arrebatado a la locura, de la locura a la depresión, de la depresión al terror y del terror, cerrando el círculo, al amor arrebatado otra vez. 
Por otro lado, se ve a un Charlie con todas sus debilidades y carencias, que suple a golpe de buen corazón.
Los Cullen:
Pattinson sigue con cara celta, pero bastante inexpresivo, si bien mejora muchísimo en las escenas finales, precisamente donde su participación es mayor, y en todo caso, nadie tiene ninguna duda de que han sabido encontrar en él al perfecto Edward Cullen, más vampírico que nunca, en esta segunda parte.
Se saca a la superficie, definitivamente, el carácter bromista de Emmet.
Se aprecia con mayor claridad, cómo Jasper se dirime constantemente entre la tentación y la vida que ha escogido y que ama, y lo difícil que le resulta conciliar ambas cosas.
Y Alice, por fin, es ahora la Alice impredecible, valiente, resolutiva, alocada y con su peculiar modo de ser, sentir y vivir.
Carlisle, Esme y Rosalie, en sus escasas apariciones, si bien no aportan valor añadido, ayudan a dar continuidad al desarrollo de la historia, como apoyo al resto de personajes.
La Tribu Quileute, los nuevos en la saga:
Lautner, por su parte, además de llenar la pantalla no solo con músculos, sino también con carisma, ha logrado la meritoria hazaña de convertir a un personaje antipático para gran parte de los fans (excepto para el minoritario "team Jacob") en uno agradable y hasta digno de compasión.
Los lobos son sencillamente perfectos.
Creo que nadie esperaba ni el tamaño de los músculos, ni el de los animales, y los efectos especiales en este sentido están años luz de los de su predecesora.
Los Volturis, otros nuevos agregados:
Son el auténtico puntazo, por encima incluso de unos muy conseguidos lobos.
A quienes recriminaban a Twilight "mancillar" el concepto clásico y purista del mito del vampiro, se les ha tapado la boca.
Durante escasos instantes, pero ahí están, prometen a una inmensa Dakota Fanning y al nominado al Oscar, Michael Sheen en su típico rol de fantasía, esta vez desde el otro lado de la luna de Underworld, siendo el líder de los vampiros.
El score de The Twilight Saga: New Moon está maravilloso y fue compuesto por el cuatro veces nominado al Oscar, Alexandre Desplat, reemplazando a Carter Burwell, que escribió la música de Twilight.
La banda sonora es uno de los puntos más altos de la película, es muy disfrutable y pudo ambientar muy bien los momentos de la historia.
A manera de dato curioso, y al mejor estilo meto cuchara en todo, El Vaticano exhortó a la comunidad católica a evitar la cinta, calificándola de inmoral.
De ahí, surgió que la cinta haya sido altamente criticada por los grupos feministas mundiales, quienes alegan que la cinta se opone a todas las creencias feministas actuales.
Siendo el personaje de Bella el más criticado, alegando ser la damisela en peligro a la que el gusta sufrir y deja que los hombres abusen psicológicamente de ella...
Sin importar las dos notas anteriores, creo que técnicamente The Twilight Saga: New Moon está a la altura pero todavía estoy esperando que llegue realmente lo bueno.
A esta saga le está faltando mas acción y efectos especiales que realmente se luzcan y ofrezcan una experiencia completa como una cinta de este estilo merece, pero algo se ve y lo que hay es realmente muy bueno en este aspecto, después de todo.
A quienes le gusto Twilight saldrán encantados con esta película y a los que no pues la seguirán aborreciendo.
Hay muchas críticas injustas a la saga, tal vez alimentadas por la excesiva obsesión que demuestran las adolescentes con sus protagonistas, pero es en realidad, una historia disfrutable.
No es "Drácula" de Bram Stoker ni "Romeo y Julieta".
Una vez que uno acepta los personajes de Meyer y desecha el clásico concepto de "Vampiro" puede disfrutar plenamente de lo que la autora nos propone.
Otra de las cosas que se le debe abonar es el hecho de ver como alrededor de esta obra, se han creado grupos de discusión, comunidades enteras de jóvenes que desmenuzan cada escena y que por sobretodo corren a comprar los libros.
El ánimo por la lectura, es un aliciente que agradecer a esta película y en consecuencia, creando un culto alrededor de sus, ahora, míticos personajes.
El final perfecto, con el corte en el momento justo.

Sobresaliente a la hora de dejar a los fans sedientos de más “humor circulatorio” y tejido muscular.



The Twilight Saga: Eclipse

Hasta que el corazón deje de latir...
Y más allá... 

La vida eterna no es tan atractiva como parece.
Nunca he entendido el motivo por el que, de vez en cuando, aparecen ciertas películas ligadas a un fenómeno por el que se genera un intenso debate, antes incluso de que se estrenen, como el caso, no sólo de The Twilight Saga: Eclipse, sino de la saga completa.
Parece ser que si quisieres formar parte del círculo que deciden lo que está bien o mal para el resto de los mortales debe no gustarte ninguna de las películas de la saga, o peor todavía ni siquiera ir a verlas.
Resulta ilógico dejarse llevar por la corriente, sin respirar y tomar criterios en frio…
¡Liberarte un poco!
Cada película es un mundo y no haré comparaciones con otras, pero lo que me parece evidente es el machismo soterrado en ese tipo de comportamiento que no tolera una película en la que la mujer es la que decide y el hombre se presenta como un elemento secundario que debe esperar pacientemente su decisión siendo, en algunos momentos, representado como el mismo objeto que la mujer es representada en otros títulos dominados por la testosterona.
Es importante percibir que, si bien las tres partes han tenido diferentes directores y equipos técnicos, la serie mantiene una coherencia visual y estética que permite que se les pueda apreciar como un auténtico conjunto, a pesar de que la primera, Twilight, fuera dirigida por un miembro del sexo femenino, Catherine Hardwicke, y las dos, segunda y tercera, por dos integrantes del sexo masculino, Chris Weitz en The Twilight Saga: New Moon, y David Slade en la que nos ocupa. 
La continuidad está proporcionada por el hecho de que las tres películas sí conservan un nexo común: la guionista, Melissa Rosenberg, que es la que ha dotado de unidad y coherencia a los personajes nacidos de la pluma de Stephenie Meyer.
En este caso, no puedo dejar de mencionar la participación de Javier Aguirresarobe a cargo de la fotografía, algo perfectamente coherente con su estilo de tonos fríos y azules tan característicos de la saga, realmente insuperable.
Pocas dudas me caben sobre las metáforas de las diferentes especies que pueblan el universo de Stephenie Meyer pues al parecer ella misma tuvo que enfrentarse a las mismas decisiones y a la misma edad que Bella.
David Slade, su director, ha puesto su granito de arena y ha podido mostrar sus dotes detrás de las cámaras, sobre todo en las escenas de Seattle, cuando se está creando el ejercito vampírico” y que le dio “mayor carnadura a una trama con vampiros, los que aparecen mucho más humanizados.”
Probablemente el éxito de la saga se debe en la rotunda sinceridad con la que desarrolla su discurso, centrado en la liberación y exhalación del sentimiento, algo con lo que parece identificarse el público adolescente actual de la misma manera que en otras épocas se identificara con filmes como Grease, por ejemplo.
Al que pueda parecerle odiosa la comparación, sólo tiene que fijarse en las edades de los personajes y comprobar que hablan de los mismos problemas en diferentes épocas, y lo que en uno se hace a ritmo de rock and roll, en el otro se hace al ritmo del romántico rock alternativo.
La diferencia está clara, si en Grease, era ella la que tenía que transformarse, cardar su pelo, vestir de cuero y empezar a fumar para conseguir a su chico, en ésta son los chicos quienes tienen que hacer lo que ella desea, si bien aquí siendo ellos mismos, sin mentiras ni falsas apariencias.
Evidentemente, lo he dicho y está harto documentado que, The Twilight Saga: Eclipse es un filme responsable y coherente que articula con inteligencia un mensaje dirigido, no sólo al sector femenino, sino a todo el público adolescente, desde un prisma, eso sí, 100% femenina.
La decisión de Bella Swan ronda entre la necrofilia o la zoofilia, grotesco pero así es, románticamente por supuesto.
No deja de ser curioso como historias en apariencia inocentes esconden subtextos, Twilight es un ejemplo perfecto.
Tomando las palabras Vaticanas, The Twilight Saga: Eclipse si nos muestra mucho sexo, sexo escondido, pero se percibe.
Interesante…
Si nos fijamos en el modo de representar la sexualidad encontramos una curiosa dualidad.
Por un lado tenemos un reparto cuya función es hacer fantasear al público femenino con un tema “morboso”, el vampirismo.
Por el otro un subtexto conservador y reaccionario.
Necesariamente el vampirismo tiene una alta carga sexual, pocos textos se han resistido a explorar de alguna otra forma la sexualidad vampírica.
Una sexualidad que suele ser desenfrenada, sangrienta, violenta, instintiva.
En The Twilight Saga: Eclipse en principio también es así.
Todas las iniciaciones de los vampiros que componen la trama están vinculados a un acto sexual y violento: una violación y su venganza, una relación de dominación en tiempos de guerra.
Sin embargo estos personajes reprimen sus instintos sexuales, como ellos mismos dicen no catan la sangre humana.
Todos han acabado salvándose gracias a una relación “heterosexual” y duradera, un matrimonio.
Arrastran la culpa de sus pecados, de haberse liberado sexualmente, según ellos no tienen alma.
Y entre ellos el que se siente más culpable es Edward que busca una esposa que le dé sexo conyugal.
Edward representa, él mismo lo dice, los valores más conservadores, bendito seas!.
Y aunque a él le avergüence ser vampiro, haber estado liberado sexualmente, a su virginal Bella le sobran hormonas y le falta desahogo.
Dispuesta incluso a morir, pues Edward puede matarla si se acuestan, Bella no deja de insistir en que quiere ser vampiro.
¿Masoquismo?
Pero Edward le pone la condición del matrimonio para liberarla sexualmente.
En el triángulo falta no obstante un personaje, el lobo (¡que gran turrón!).
El lobo simboliza una relación carnal, un aren de descamisados e hipermusculados varones dispuestos a saciar sus placeres, carnales como no.
Jacob propone a Bella una relación mucho más progresista, en la que la relación sexual no implica un compromiso de por vida, al contrario de Edward, quien propone una relación de por muerte.
Lo que nos plantea esta película es la elección de una adolescente entre liberarse sexualmente o esperar al matrimonio.
El momento del borboteo hormonal adolescente.
Edward sigue encarnando al prototipo del “héroe” machista, cuya misión es conservar la virginidad de Bella, siempre desde el otro lado, porque él sí ha tenido la oportunidad de liberarse sexualmente.
Solo hay que ver con quien se queda…
Millones de adolescentes, que no se atreven a ver una buena película porno, que las hay, van como locas al cine para ver los músculos de Jacob.
Y sin embargo aunque las jóvenes aplauden, literalmente en el cine, las escenas de Jacob sin camiseta, también aplauden la escena en la que Bella acepta a casarse renunciando así a su sexualidad.
Esto nos dice que la mojigatería de nuestra sociedad es el caldo de cultivo perfecto para que las jóvenes recurran a este tipo de textos que juegan a excitarles mientras les adoctrinan en la virginidad y el sexo matrimonial.
Una película que logra eclipsar la sexualidad.
Entre otras cosas, The Twilight Saga: Eclipse incluye varios mensajes o temas secundarios como un profundo respeto por la naturaleza, un claro mensaje reivindicativo sobre los indios nativos americanos, una predilección sobre la vida rural frente a las grandes ciudades, una apuesta por el significado del amor como el deseo la felicidad del otro por encima de la de uno mismo, todo ello envuelto en un perfecto marco visual y estético que no hace alarde ni de efectos visuales ni especiales, más que para satisfacer la credibilidad de las diferentes especies.
Del reparto, me alegró ver a la casi olvidada nominada al Oscar como mejor actriz, la colombiana Catalina Sandino Moreno quien es María, la vampiresa que crea neófitos en el pasado de Jasper.
En cuanto al resto de las actuaciones, a ratos, parecen ser encarnadas por muertos reales.
Sobre la actuación de su protagonista, Kristen Stewart, parece que está con la mirada perdida todo el rato.
Tampoco se puede ver todo su potencial.
Aunque las conversaciones con su padre son bastante graciosas y eso podrían hacer que salvaran su papel y logra transmitir el deseo y la pasión que quema dentro de su personaje, aunque a ratos surge la duda si lo suyo es actuación o proyección real.
Sobre Robert Pattinson podría decirse que vive de su atractivo, porque su calidad interpretativa es bastante baja.
Taylor Lautner, considero que es quien tiene los mejores textos en el film, creo que es el único que sale “¡bien parado!”.
La saga Twilight es un suceso en el mundo del cine, y se ha destacado por tener soundtracks compuestos por músicos de primer nivel.
En este caso, el multipremiado Hobbit de la tierra media, un creador indiscutible, el canadiense Howard Shore.
Hay que reconocerle a la Meyer, la capacidad de convertir una historia de amor común y corriente en una historia fuera de lo normal.
Tomó una chica, dos chicos y les dio poderes para que fuera más interesante. 
Cambió las características “típicas” de los vampiros y hombres lobos que conocemos, mezcló todo y ahora es millonaria. . .
Fácil, en una época donde faltan guiones, y matar el remake, no está mal la idea de estimular a los lectores a una autentica aventura de composición literaria.
Mientras…
Ni modo a esperar el final, que falta poco!.
The Twilight Saga: Eclipse es sin duda una buena película de continuación.
Sea porque no es tan cursi, sea porque hay bastante acción, una banda de vampiros, un clan de hombres lobos, Edward y Jacob que hablan y se enfrentan. 
Un beso apasionado entre Bella y Jacob, y un final rompe corazones, para quienes gustan más de Jacob que Edward.
Lo peor es que Bella también ama a Jacob.
Eclipse significa este triángulo amoroso: la luna, el sol y la tierra cuando se produce un Eclipse, recordemos que Bella le dice a Jacob que fue su sol cuando Edward se fue y la dejó abandonada.
Edward es la luna, Jacob le recuerda que puede luchar contra la oscuridad, pero no contra un Eclipse, pues el amor de Edward y Bella es más grande que cualquier cosa.
FUCK!
Qué bueno…
Por último, señalar dos escenas muy buenas.
La primera, el discurso de Jessica (la nominada al Oscar Anna Kendrick), compendio y superación de los cientos de discursos a los que han estado sometidos los adolescentes a lo largo de los innumerables títulos de cine teen, olvidados en el momento en que emprenden la edad adulta.
Dada la condición de Jessica, parece haberse percatado de que los adolescentes cometen siempre los mismos fallos, los mismos errores, sin aprender ni evolucionar, de ahí la lucidez de su mensaje que incluye conceptos como que debes elegir por ti mismo, si no quieres que el futuro, la vida, o los demás, decidan por ti.
La segunda, la conversación en la tienda de campaña, antológica con alfombra roja hacia el Olimpo del Cine inmortal, increíble pero cierto, es una escena de una lucha sangrienta y campal, de discursos muy bien hechos, entre los masculinos sobre la posesión de la Bella Durmiente, la bestia contra el príncipe.
Nada como verla en un cine lleno de adolescentes.
Toda una experiencia.
¿Por quién se decidirá Bella?
¿Será suficiente el amor que siente por Edward?
¿Jacob es su mejor elección?
¿Se casará Edward con Bella?

Según me han recomendado, comprare los libros y esperaré el Amanecer (Breaking Dawn)



The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 1

Solo para los fans de la saga.
El resto mejor no acercarse.

Las 3 primeras películas me encantaron, pero esta...
Tal vez para los fans no va esta reseña, porque van a ver The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 1 llueva o truene, probablemente previo camping en la puerta del cine.
Para los demás, los que se preguntan si vale la pena asistir a la boda del año, la respuesta es un monosílabo: no.
Tal como en otras sagas, el último libro de la saga Twilight se dividió en dos partes en su versión para el cine.
Pero si a aquellos les sirvió alargar el final para profundizar más en el drama y el carácter de los personajes, a The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 1 le sirve para prolongar el tedio.
Si el capítulo anterior finaliza con el pacto entre los vampiros y los lobos, en esta ocasión hay que inventar algo para que se retomen las persecuciones y las peleas, y para ello la autora recurre a otro tópico como es el embarazo no planeado y la decisión de abortar o no.
The Twilight Saga:
Breaking Dawn – Part 1comienza con una boda fastuosa al aire libre, que da paso, por supuesto, a la noche de bodas, el momento que todo el mundo ha estado esperando.
Pero el deseo de hacer evidentes el drama y los conflictos de cada personaje, arruinan una noche en la que Bella acaba literalmente contusa y más confundida que nunca: la pobre queda embarazada.
¿Cómo un vampiro puede engendrar vida?
Bueno ya sabíamos que la autora hizo su versión de los clásicos victorianos (Vampiros y Hombres Lobos), pero hay cosas que cinematográficamente son inexplicables!
Los vampiros son los primeros extrañados con el embarazo de Bella, ya que no pueden hacer ecografías, no pueden hacer amniocentesis, no saben qué es lo que crece en el vientre de la Stewart.
El bebé la está matando, se la come literalmente.
Por tanto, los finísimos consiguen que se calme un poco dándole de beber a Bella sangre humana.
Por otro lado el parto de Bella, angustioso, cuando el bebé nace destrozando a Bella, le rompe la columna al empezar el parto y después de mucho sufrir, el bebé nace vivo, pero Bella muere!!!
Con un guión que apela más a la complicidad de las fans y que a ratos discurre con una lentitud exasperante, The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 1podría ser bien una parodia de sí misma.
La cursilería y el efectismo (Taylor Lautner queda descamisado, de nuevo, en los primeros cinco minutos de la cinta, es de agradecer también) son tan flagrantes que sus mal diseñados personajes terminan en completo desamparo.
Lo que nos lleva al viejo dicho de que no hay malos actores sino malos directores (OJO Bill Condon)
Ninguno de los tres protagonistas del triángulo amoroso: Robert Pattinson, Kristen Stewart y Taylor Lautner, ha demostrado muchas dotes histriónicas hasta ahora, bueno, tal vez Lautner, valga la verdad. 
A pesar de…
Una de mis escenas favoritas, aparte de las que incluyen a los lobos (excepto cuando hablan tipo Narnia – ¡de horror!), ha sido la de la imprimación.
Acá vale la pena matar la ignorancia y revelar que la imprimación es el enamoramiento inmediato a primera vista, ocurre cuando al ver a una persona sin importar la edad que tenga, se enamoran perdidamente y no hay vuelta atrás, en esos casos quienes se impriman quieren estar siempre con esa persona, de ahí que cuando los licántropos se “impriman” es como si involuntariamente se enamoraran de alguien y no hubiera nadie más para ellos...
Ese momento en el que Jacob ve al bebé (Renesmee ), ese sentimiento que tanto deseaba por una parte pero que odiaba por otra se imprima en la retina.
Es fantástica esa escena.
Entonces de primera mano, Jacob enloquece tras la muerte de Bella.
Los suyos pretenden matar al bebé de Bella, así que Jacob, enloquecido por la ira, decide matarlo el mismo.
Pero cuando le ve la cara al bebé, se imprima con la pequeña Renesmee , y cuando un lobo se imprima con alguien, nadie le puede dañar, y los lobos lo saben y se marchan.
Momentos que me han impactado de The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 1, los hay:
Toda la segunda parte es todo un espectáculo gore muy alejado del bucolismo al que se nos tiene acostumbrados.
Algunas de las escenas finales no sé siquiera si son adecuadas para el tipo de público al que van dirigidas, bastante joven.
La desmejora de Bella lo considero un excelente trabajo a la hora de plasmar como Renesmee e le roba poco a poco la vida me ha dejado patidifuso, ha sido una caracterización magnífica.
Como la escena del parto, he sufrido y me ha dado angustia, sobre todo cuando se le dobla la columna, ese era el fin de esa escena y han logrado superar mis expectativas con creces dejándome boquiabierto.
Por otro lado, las críticas coinciden mucho de que no hay sangre, ni sexo, ni violencia, pues siendo un film basado en una novela para jóvenes adolescentes, creo que es evidente la razón de la carencia de dichos puntos.
The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 1 también fue criticada y elogiada por tener un perfil pro vida.
Como un mensaje latente de anti-aborto, como problemática desde una perspectiva feminista intensificado, nada disminuido, citando escenas como en donde Rosalie regaña a Alice por usar la palabra “feto” en vez de “bebé”
Meyer es toda una excelente estrategia de propaganda de los valores más conservadores y retrógrados de la sociedad.
Resulta muy inteligente escondiéndolos bajo el personaje de Bella, una rebelde que se enfrenta a lo que se espera de ella, a lo establecido, a las normas y convenciones, para entrar en el "lado oscuro", donde está su felicidad. ¿Feminismo?
¿Independencia?
¿Rebeldía?
Bella renuncia a todo: amigos, familia, estudios… por la sumisión absoluta a un hombre cuya única afición en la vida es idolatrarla, cuidarla, protegerla y amarla.
Virginidad prematrimonial, excusada por el centenario pasado de Edward, la división racial, los pobres indios son lo animal, lo cálido, lo instintivo, lo salvaje; los ricos vampiros lo sofisticado, lo culto, lo limpio, lo elegante...
Continuamos….
Pero The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 1 tiene un fallo fundamental que afecta directamente a la esencia de la película.
Parte de la base de que el problema es que un embarazo entre un vampiro y una humana estaba prohibido porque el hijo que naciera sería directamente vampiro y, no podría ser responsable de sus actos al no poder elegir o distinguir si mataba humanos para sobrevivir o se alimentaba de animales (como Edward y su familia) y, pone en peligro el secreto de que hay vampiros entre nosotros.
Por eso, si nacía, sería perseguido y eliminado por los Volturis, los licántropos y, definitivamente, sería un marrón, aparte de matar a su propia madre para poder ser gestado.... vale.
Si bien, The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 1 es una película de ficción y, como teoría sería aceptada salvo por un pequeño detalle:
Un vampiro es un “no muerto”, “vive” pero su corazón no late, luego no tiene circulación sanguínea al uso…
¿Cómo sería entonces posible una erección que es imprescindible para que una humana se quede embarazada?
¡Y el esperma!
Ok…
Siempre se habla del poder de seducción y del erotismo vampírico pero, la autora no ha dado hasta la fecha una "explicación" a un tema fisiológico tan evidente que, en el caso de las relaciones sexuales, es impepinable.
Quizás por eso, los vampiros entre sí no tienen hijos.
Siempre que ha habido niños vampiros, es porque les ha mordido otro siendo infantes.
Para mí es un fallo impresionante motivado por el empeño "romántico" que hay en toda la saga.
Si, la autora hubiera optado por la historia de amor en sí, sin meterse en fregados de embarazos, no suscitaría esta duda de anatomía básica que, tiene mala explicación si pretende ser creíble y coherente en su propio universo, dentro de una historia fantástica.
¿Por qué los lobos intentan matar a la chica?
¿Por qué no pueden ser todos amigos?
¿Es que no podemos llevarnos bien?
Lamentablemente, The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 1 naufraga en el intento.
Dije al principio que esta reseña no es para fans, pero la verdad es que las fans, es decir, sobre todo las chicas, merecen el premio de una película que sobreviva a la histeria, y que le deje al resto, por lo menos, con las ganas de ver el próximo año en qué acaba este culebrón desafortunado.
¿Acaso nos esperábamos algo bueno de Crepúsculo?

¡Ánimo cinéfilos! que solo nos queda aguantar una entrega más.





The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2

Y amaneció…

Twilight fue la saga que hizo, que los vampiros y hombres lobo, inundaran el mundo del cine y la lectura, y ha llegado el fin de esa era “sobrenatural”
De entrada, me hace gracia la gente que critica mal esta saga, personas que ya la odian sin haber visto las películas.
Es cierto que no estamos acostumbrados a ver este tipo de vampiros, a mí también me gustan los vampiros de toda la vida, con sus colmillos etc., pero sin embargo, es también algo novedoso, ver por primera vez, vampiros que brillan con el sol, es algo diferente a lo que estamos acostumbrados a ver, pero tampoco me disgusta.
La predisposición hace mucho, y en ello radica la saga Twilight.
Guste o no guste, y aunque pueda sonar un tanto bizarro leerlo, la franquicia Twilight es una de las más importantes, que por el momento, ha dado el siglo XXI, y a la altura de “The Lord Of The Rings” o “Harry Potter”, si bien su prestigio es, considerablemente menor, al de las películas inspiradas en los originales de J.R.R. Tolkien y J.K. Rowling.
Muchos somos quienes la hemos seguido desde el principio, a lo largo de las 4 películas ya estrenadas, y como suele ocurrir, cuando uno ve empezar algo suele tener curiosidad por ver como acaba, y sinceramente, bien está lo que bien acaba:
Twilight ha costado 4 películas, pero a la 5ª, por fin, los que tanto se supone que la hemos sufrido, podemos darnos por “crepusculizados” no diré que sea lo que se dice buena-buena, pero tampoco advertiré de algo que no hay por qué temer, más allá del mordisco vampírico o licántropo.
Y después de las evidencias, lo que puede que ya no sea tanto, la última entrega de la franquicia Twilight es una “buena película”, con o sin las comillas, depende del gusto, y la pierna con la que nos hayamos levantado de la cama el día del visionado.
A la 5ª fue la vencida, aunque para ello tuviéramos que “tragarnos” las anteriores, y más especialmente, una 4ª entrega HORRIBLE, que de la misma manera que ocurría con la 1ª parte del capítulo final de la saga de Harry Potter, viene a ser un mal necesario, que beneficia sin duda a sus respectivas segundas partes por cuanto les permite, valiéndose de sus antecedentes, ser las entregas más dinámicas, efectivas, equilibradas, completas, concluyentes... y aptas para los que no son tan fans, y sin olvidar, por supuesto, su intención evidentemente comercial.
No hay mal que por bien no venga, el sufrimiento proporcionado con las entregas anteriores, y el buen sabor de boca dejado al final, sirve como bálsamo para darnos a entender que, después de todo, la experiencia ha merecido la pena.
Aventurarse a hacer una crítica, de una de las películas peor valoradas, pero más taquilleras cada vez que se ha estrenado, es toda una aventura.
Esta crítica es para los seguidores de la saga, y a quienes les guste el cine comercial en general.
Mi opinión es que The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2 es la guinda del pastel, que te deja un buen sabor de boca, y que tiene todo lo que te esperas, y a mi gusto, una agradable sorpresa al final.
The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2 es una película de género fantástico y romántico, dirigida por Bill Condon, y estrenada mundialmente el 16 de noviembre del 2012.
Protagonizada por Kristen Stewart, Robert Pattinson, Taylor Lautner, Peter Facinelli, Dakota Fanning, Ashley Greene, Jackson Rathbone, Nikki Reed, Kellan Lutz, Peter Facinelli, Elizabeth Reaser, Michael Sheen, Billy Burke, Booboo Stewart, Cameron Bright, Michael Welch, Julia Jones, Kiowa Gordon, Alex Meraz, Valorie Curry, Christopher Heyerdahl, Daniel Cudmore, Charlie Bewley, Jamie Campbell Bower, entre otros.
El guion de The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2 estará escrito por Melissa Rosemberg, guionista de las anteriores entregas, y fue producida por Wyck Godfrey, Karen Rosenfelt y la misma autora Stephenie Meyer.
The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2 es el segundo episodio, de la 4ª película, 5ª y última entrega de la saga Twilight, basado en la novela de Stephenie Meyer.
A pesar de ser 2 películas, se les trató como una sola, ya que se basan en el mismo libro.
The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2 simplemente me pareció espectacular:
Buen comienzo, maravillosa presentación de los créditos, siempre he dicho que se debería de volver a premiar con una categoría para esos efectos; una escenografía en paisajes muy buena, y creo que es la marca registrada de la saga, los bellos parajes muy bien fotografiados o “photoshopiados” de Vancouver, Washington State y alrededores; una música aceptable, creo que los amantes de esta saga van a quedar satisfechos con el final, ya que no queda nada al aire, para mi uno de los mejores finales de saga, y una de las mejores películas del año, la verdad todo hay que decirlo y con sinceridad:
Emoción, ansiedad, tristeza y placer, fueron algunas de las sensaciones que uno experimenta al ver The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2, un filme completo, equilibrado y el más compensado de la saga.
The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2 me produjo nostalgia.
Me acordé de todas las películas anteriores, y tuve que aceptar que la saga llegaba a su fin.
Creo que la relación amorosa entre Pattinson y Stewart en la vida real, le dio un mayor realismo a toda Twilight, y no solamente fueron los enamorados quienes hicieron un buen trabajo de actuación, sino que todos los actores desempeñaron su mejor papel, y cada uno hizo un trabajo excepcional con su personaje.
Voy a extrañar a Pattinson y Stewart luchando por su amor, y a Lautner convirtiéndose en lobo cuando se enojaba.
En general, buena, entretenida, bien interpretada y postproducida.
Un crescendo que conduce a un tercer acto muy bien preparado y realizado.
Uno de los pocos que me ha hecho sentir varios vuelcos al corazón, me ha hecho aplaudir como nunca antes en un cine, desde “The Lord Of The Rings: The Return Of The King” (2003) y “Harry Potter And The Deathly Hallows - Part 2” (2011), hasta me hizo reír, y dejar una sonrisa de satisfacción, al ver terminada una saga, a cómo debe de ser, a la altura.
A resaltar, como siempre, y esta vez más, el vestuario y la fotografía.
La trama finaliza tras el nacimiento de Renesmee Carlie Cullen (Mackenzie Foy) y la transformación de Bella Cullen (Kristen Stewart) en vampiro.
Ésta trata de acoplarse, poco a poco, a su nueva vida inmortal, y aceptar el hecho de que Jacob Black (Taylor Lautner) se imprimó de Renesmee, y le es imposible separarse de ella.
Los hombres lobo se pueden “imprimar” de una persona en concreto, una vez se han transformado por primera vez.
Jacob lo describe, como una fuerza más fuerte que el amor a primera vista.
Al tener la impronta en alguien, lo único que deseas es que esa persona sea feliz.
Jacob describe su imprimación, como si los hilos que lo unían con otras personas: amigos, familiares, seres queridos... quedan cortados, y millones de cuerdas de acero lo unen sin poder escapar a otra criatura.
Al estar “imprimado” solo deseas la felicidad de esa persona.
Los licántropos se pueden “imprimar” de cualquier persona, y de cualquier edad, y estos verán a esa persona, según como lo requiera, si necesita un hermano serán como un hermano, como en el caso de Quil, que se imprimo de una niña de 2 años llamada Clarie, o como una pareja, como a Sam con Emily, según la edad.
Jacob esta imprimado de la hija de Edward y Bella, Renesmee Cullen.
Así, la imprimación fue conocida por primera vez entre los Quileutes, cuando Taha Aki, se casó con una tercera mujer, después de que murieran otras dos, y encontró en ella la verdadera compañera de su espíritu, y aunque también amó a las otras dos, con ésta experimentó un sentimiento más intenso, una imprimación.
De esa manera, conforme pasan los días, la familia Cullen se preocupa por el rápido crecimiento de la pequeña Renesmee, temiendo que sus días lleguen a su fin de manera precipitada.
Irina, del clan Denali, (Maggie Grace), descubre a la niña jugando en el bosque, y la confunde con una “niña inmortal” una especie prohibida por las leyes vigentes en el mundo de los vampiros, y denuncia a los Cullen ante los Vulturis.
Ante esto, Jasper Hale (Jackson Rathbone) y Alice Cullen (Ashley Greene) desaparecen, y no dejan más que una nota, explicando que los Vulturi llegarán cuando endurezca la nieve.
Los Vulturi deciden viajar a Forks, y acabar con la niña y su familia, ante ésta amenaza y junto con los Quileutes, los Cullen reúnen a todos los vampiros posibles para que sirvan de testigos de la inocencia de los Cullen, y por si acaso, un ejército para defender a su familia, asimismo, Bella descubre que su don es un escudo, y con practica y motivación, puede extenderlo a aquellos que protege.
Ante la llegada de los Vulturi, y la batalla que está por suceder, llega Alice junto con Jasper, y muestra a Aro (Michael Sheen) su visión del caso, preocupado deja que Renesmee siga con los Cullen; no sin antes escuchar la versión de Nahuel (JD Pardo), un híbrido mitad humano y mitad vampiro al igual que Renesmee, del Amazonas, que demuestra que Renesmee no será un problema para la comunidad de Vampiros en el futuro, y que llegará a su madurez a la edad de 7 años.
Así, Alice tiene una visión de Renesmee y Jacob juntos en el futuro.
Luego, se muestra a Edward y a Bella juntos, en el prado que fue escenario de tantos momentos juntos, y Bella revela sus pensamientos, por primera vez a Edward, al extender su escudo.
Confieso que durante el visionado de The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2, los primeros minutos del film me parecieron flojos, algo desorientados, de relleno quizás, para justificar la existencia de las 2 partes.
Bella descubre y entrena sus nuevas capacidades, cosa que me pareció demasiado forzado, la vemos como supera, inverosímilmente, sus tentaciones, “goza” incansablemente con su amado, y se pelea con Jacob a quien, como no tuvo chances con la madre, el guión le entrega a la hija.
Por su parte, Bill Condon utiliza al padre de Bella, Charlie Swan (Billy Burke), un personaje que hace bastante no tiene razón de existir en la saga, solamente para poder mostrar el torso desnudo de Taylor Lautner.
Aun así, los siguientes minutos no mejoran, aunque se hacen más entretenidos, sin ser por eso menos patéticos.
Hay un desfile de personajes que respetan la tradición yankee de iconografía:
Vampiros ingleses, irlandeses, hindúes, rusos y hasta dos “indias” de las amazonas, ¿era necesario?
En fin, después de cerrar todo el circo, con la pésima idea de una fogata contando historias de guerra, nada puede ser peor, aparentemente…
Para mi sorpresa, y a pesar del trauma que me generó la estúpida fogata, The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2 se hace valer con los mejores minutos de, por lo menos, las últimas 3 entregas, como bien dije, The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 1 es un asco, literalmente hablando.
El cierre épico de vampiros y lobos, arrancándose las cabezas y prendiéndose fuego, sumado a una violencia emocional que no había mostrado la saga hasta ahora, separando con la muerte a las parejas felices me pareció ver lo nunca antes visto en el cine, un apocalipsis sin precedentes históricos…
Considero que, el hecho de incluir la acción, como parte fundamental del último acto, es algo que agradará a los más críticos.
Si bien no hay peleas legendarias, con sangre y vísceras vampíricas chorreando por doquier, da bastante para ver de nuevo The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2 o tal vez la saga completa para confirmar algunos detalles.
La pelea final entre los Vulturis y los Cullen más los hombres lobo, es sin duda la mejor escena de toda la saga.
Por otra parte, los nuevos vampiros son acogidos con curiosidad por parte del espectador, ya que, aunque acaban siendo bastante intrascendentes para la historia, poseen curiosos poderes que amenizan los instantes anteriores a la pelea.
Otro detalle a destacar, es la nueva condición vampírica de Bella.
Kristen Stewart no deja de ser bizca, pero su personaje mejora ostensiblemente en esta entrega.
Una de las cosas que me sacaban de quicio, en las anteriores películas, era ver cómo el vampiro y el lobo tenían que salvar repetidamente a aquella humana mamarracha y tartamuda, que daba la impresión que no servía para nada, de nuevo hay que decirlo todo, porque era muy egoísta y ambivalente.
Ahora no lo es, ya que Bella sabe cuidarse sola, y se convierte en uno de los personajes más poderosos de la película.
¿Cómo así?
Y además, creo que la actriz se siente mucho mejor, en un papel en el que no tiene que hacer de corderita.
Por último, cabe destacar que la lucha es, en esta ocasión contra los Vulturis, unos antagonistas que, si bien no dejan de ser algo ridículos con su cara estreñida, y su aspecto homosexual, al menos no dan pena, y parecen poderosos.
El desenlace es esperanzador pero tremendamente engañoso.
Las actuaciones, voy de nuevo, son normales, nunca son de maravilla, obviamente para sus fans sí, pero no llegar a ser tan predecibles, bueno Kristen Stewart me parece algo predecible, y porque no ha mejorado o superado a sí misma como actriz, ya que el carisma es muy poco, o le sale muy fingido, lo único que le sale bien, es su cara de seria, que bueno es lo que la identifica.
Kristen Stewart, cada vez más sosa, e insoportable, uno de los puntos negros, no de The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2, sino de la saga en general.
Robert Pattinson un actor muy normal, que la verdad también, puede que le falte algo de carisma, pero no llega a ser tan predecible, en totalidad lo hace bien.
Pattinson no me gusta demasiado como actor, aunque tampoco me desagrada, sin embargo alabo su intención de desmarcarse del papel de ídolo juvenil, aunque creo le costará exorcizar su imagen vampírica.
Taylor Lautner, el mejor de toda la saga, y no lo digo por su físico que está de 100, pero confieso que es un actor al que le sacan bien provecho, tanto como actuación ya que logra conectar mas con la historia, como siempre, nunca falta que salga sin camisa, era algo de esperarse, pero al menos ya no lo hace seguido como en las 3 primeras.
Lautner es el que mejor me cae del trío protagonista, es un crack, aparte de tener un envidiable físico, mostrarlo por obligación del guión, pero que en The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2 será el héroe, el que se encargará de proteger a la niña mestiza.
La escena en la que Taylor se quita la ropa, por ese rollo de hacer hombre lobo, delante del padre de Bella es patética, claramente busca el aplauso femenino hormonado, de niñas llenas de tristes expectativas ante la vida, porque como hemos visto anteriormente, se transforman con la ropa puesta...
Otras actuaciones que son buenas, a pesar de que no aparezcan mucho es la de Dakota Fanning, que como siempre, si supo superarse, de un papel agradable y desagradable a la vez, una villana muy tomada en serio y de sangre fría.
Kellan Lutz, como siempre, no se le pudo sacar mucho provecho, aunque es muy logrado su personaje de Vampiro algo sarcástico y humorístico, la verdad es que hay personajes que me gustaron más que los personajes principales, especialmente, o mayoritariamente, con la familia Cullen que me agrada más, debido a que logramos conocer muy poco sobre la tribu Quileute, los licántropos, una pena.
ENORME, y lo dije desde que apareció, es la bella bellísima, y gran actriz con enorme talento, Ashley Green como Alice Cullen, habrá que seguir su paso por Hollywood, le auguro un éxito rotundo, no tanto por lo bella, como por su histrionismo, cautivador.
Patético y de mal en peor en cada aparición fue Aro (Michael Sheen) sobreactuado al hartazgo, sobre todo en la escena final, una pena, un payaso en el sentido más literal, y con él, comienzo el apartado de las cosas que no me han gustado de The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2:
Después de ver a Bella, parece que convertirse en vampiro es lo mejor que puede pasarte en la vida.
Ahora es inmortal, poderosa, puede compartir toda la eternidad con su amor verdadero, y encima no ha tenido que fingir su muerte a los ojos de su padre.
El amor hacia el padre quedó superado y este fue borrado del todo de la historia, después de haber aparecido en toda la saga, se desvanece muy pobremente.
Ah, y ni rastro del supuesto sufrimiento que pasan los neófitos, con ese deseo incontenible, e insaciable de probar la sangre humana.
¿No lo pasaban tan mal durante no sé cuantos años?
¿Para qué tantas advertencias a Bella en las anteriores películas?
¿Y el rollo de quedarse sin alma?
Se les olvidó a los guionistas, o no había tiempo...
Siempre he criticado la proporcionalidad, y me parece fuera de toda razón “lógica” el tamaño desproporcional de los lobos, en relación a su tamaño como humanos, son demasiado enormes.
Y como los “X-Men” vemos mutantes capaces de correr, arrancar peñascos del tamaño de un autobús, predecir el futuro, dominar los elementos, lanzar rayos eléctricos... aparentemente esto del “reset” de los nuevos vampiros hace que todo valga, no así con los licántropos, que raro…
Nada más faltaba, que llevaran mallas de colores, y tuvieran nombres emblemáticos, pero igual que me molesta con esta saga, también me molesta con otras franquicias como la de "Underworld" y su eterna guerra entre licántropos y vampiros, etc.
Otra cosa que no me gustó, fue la prostitución de los románticos conceptos como la vida, la muerte, la eternidad, o la pasión, reducidos a la simple estética de una ropa de marca, una mirada sexy, o unos súper poderes mostrados a tiempo.
Qué pena.
Aunque las primeras 4 cintas estuvieron llenas de acción, sobre todo las 3 primeras, es mayor el suspenso que acompaña a The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2.
Sabía que me esperaba algo excepcional, por ser la última película, aunque no adivinaba de qué podría tratarse.
No pasó mucho tiempo, antes de que comenzara la acción, dejando a la audiencia en suspenso.
Aunque la mayoría de la gente conocía el final de la saga, nadie esperaba la guerra entre los Cullens y los Vulturis.
Y eso dejó a más de uno con la boca abierta, un buen montaje, de Oscar, suspense, algo nunca visto o al menos esperado como real y para los que ya la vieron, comprenderán lo que digo.
Curiosamente, existen al menos, 3 factores claramente distintos, respecto a los anteriores títulos de la saga, que hacen de The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2 una producción superior a sus antecedentes, o cuanto menos, superior al poco grato, aburrido y muy empalagoso recuerdo que puede quedar de ellas.
En primer lugar, y como ya sé certificó en la anterior entrega, el argumento no se sustenta en un triángulo romántico, que de tan estirado, resultaba cansino, sino en un elemento siempre latente, pero secundario desde “The Twilight Saga: New Moon” (2009), que en esta se adueña de todo el filme, dejando el factor romántico en segundo plano, el enfrentamiento contra los Vulturi...
En segundo lugar, el personaje de Bella, debido a su nueva condición, ha “evolucionado” permitiendo que la sosería, tanto del personaje como de la actriz, se vea compensada, quien lo diría, con la calidez que aporta su redescubrimiento en primera persona, de un mundo de sangre fría.
Y en tercer lugar, pero no menos importante por ello, la franquicia se encamina, se supone, hacia un teórico punto final, porque como ha demostrado George Lucas, un final también es un principio, que no le exige pensar en un mañana... no al menos de forma inmediata, y en donde brilla con luz propia, una batalla bastante bien planteada, y mejor rodada, tan efectiva, convincente, y salvaje, como la de un buen blockbuster, y en donde son unos cuantos los que, literalmente, “pierden la cabeza” y me muerdo la lengua para no decir más.
Estos tres factores, permiten entre otras cosas que:
Primero, The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2 se expanda, más allá de sus propios, e impuestos límites, amplíe su margen de maniobra, y permita que sus secundarios tengan algo que decir y aportar.
Y segundo, que todo resulte mucho más trepidante de lo habitual... o trepidante a secas, si se prefiere ver así, en donde la acción, tanto física como narrativa, toma una presencia mucho más relevante; mientras que en The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 1, todo resultaba estiradísimo, una dilatación exasperante, y tediosa de lo que bien contado, no tendría por qué durar más.
Creo que las 2 partes, en que han dividido el último capítulo, podrían haber dado más espacio al asunto de buscar y encontrar a los amigos de Carlisle, objetivo que me hubiera encantado en demasía.
Hubiera satisfecho al público conocer más perspectivas, personalidades, visiones y estilos de vida de vampiros tan variopintos.
¿Resultado?
Un producto mucho más equilibrado, apto y no apto, y nada difícil de digerir.
Los fans seguirán viendo en el brillo de sus ojos, a los personajes que adoran y guiños no les faltan, a ellos van dedicados por ejemplo, el final-final de The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2, todo un homenaje que transmite muy bien lo que pretende, mientras que los no fans, no encontrarán en ese mismo brillo, un motivo para sumirse en la desesperación.
The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2 cumple de sobra con lo que cabe exigir de toda producción comercial, con la ventaja de que no requiere de mayores explicaciones, que para eso ya está el resto de la saga, y hasta el punto de que, lo confesaré, incluso la he llegado a disfrutar bastante, como he podido no disfrutar otras producciones, aparente y socialmente, más decentes.
Repito, disfrutar... ni he sentido que perdía el tiempo, ni la he padecido, sino que la he disfrutado... e incluso me ha emocionado, pero igualmente susceptible de ser una verdadera emoción fruto de un final como The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2.
Al fin y al cabo, son 5 películas, ESPERO, 5 películas que todo aquel que se las haya visto, y a las que de una manera o de otra, se le coge algo de cariño.
Si encima, va y al final, aunque sólo sea al final, te regalan un buen postre que te hace salir del cine incluso con ganas de algo más... en fin, lo dicho, bien está lo que bien acaba, y The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2 tiene un buen final, capaz de que incluso nos olvidemos de todo lo que la precede.
¿Por qué sigo viendo estas películas?
Es la misma pregunta que no pude responder en mi critica anterior, a The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 1, pero con la parte 2, que es la que me convoca a esta crítica, la logre entender, y es una razón muy simple, me gustan porque a pesar de lo ilógica, simple y estúpida que pueda ser la historia, me entretiene.
Lo que me alegra al final de todo, es que soy alguien consciente de que esto no es algo para los Oscar, y que se entender, que tiene sus defectos como cualquier película palomitera y destinada a un público meramente adolescente.
The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2 me parece una película de aventuras dignamente resuelta, sin brillantez pero con eficacia, y cierta voluntad de estilo “hyper”, y el romanticismo exacerbado marca de la casa, aporta un punto de humor involuntario que se agradece.
Cosa aparte es el mensaje que transmite este material.
La apología de la castidad, y el amor a través de sometimiento, resulta casi victoriana; la tranquilidad con que Bella abandona a su familia, su vida y su pasado para unirse a Edward, es filosóficamente escalofriante, pocas veces se ha mostrado tan positivamente en pantalla, la renuncia vital de una mujer a ejercer como humano autónomo, y la excitación a través de la contención sexual, me parece de lo mejor de la saga, pero es definitivamente morbosa.
Los adultos nos hemos reído con ella, pero me preocupan las conclusiones que pueda extraer un adolescente.
Pese a que, bueno, teniendo en cuenta que todas las mujeres de mediana edad del mundo occidental, están leyendo sus libros, sinceramente ya no sé qué pensar.
Las quinceañeras tienen un pase, otras cosas no.
Y esperen, que pretenden tomar el testigo de Twilight en la gran pantalla...
El rollo de las mujeres sometidas, y a mucha honra, no ha hecho más que empezar:
“Yo también quiero ser vampiro”
Porque claro, todo el mundo quiere ser increíblemente bello, ágil, fuerte, poderoso, rico, con una familia amplia y unida; con una pareja estupenda, una hija encantadora, y una posición en lo más alto de la cadena evolutiva, y en la estructura social.
El vampirismo se nos muestra como una opción de vida “extraordinaria”, tal y como el propio Edward afirma, en agradecimiento a su padre, ya convencido por completo, de lo maravilloso que es estar muerto, algo de humidad entre seres sin sangre en el corazón.
En realidad, entiendo el afán por darle al vampiro un final bueno y feliz.
La fascinación que despierta es tan grande, que queremos normalizar su estatus, e incluirlo en la sociedad, como uno de nosotros, pero con el morbo de que sea duro, de que sea fuerte, de que tenga un punto de peligrosidad, y se comporte como un héroe debido a sus capacidades.
Lo entiendo, pero el enfoque es totalmente equivocado.
Parece que aún muchos, no se han dado cuenta de que el vampiro clásico, el mito que tradicionalmente se ha perpetuado, tiene todos los elementos necesarios para trascender, enamorar y emocionar.
Su belleza está directamente relacionada con sus limitaciones:
Lo monstruoso, la oscuridad, su vida solitaria, su inmortalidad, quizá no buscada ni deseada pero inevitable; el deseo físico y líquido, lo prohibido y lo atrayente; su capacidad de amar y de odiar, de vivir y de morir a un tiempo.
Eso sí es épico.
Curiosamente, como secundario, lo licántropo, que si bien no se hurga en sus vidas, tradiciones y nuevas formas de conceptualizarlos, es de agradecer, aunque esto atiende a ponerlos como de relleno, a excepción del personaje de Jacob Black, tan necesario como “antagonista” de la saga, y dije curioso, porque al final, acaba bien, y los malo malísimos vienen a ser los de la misma especie, tal vez quizás, no se hizo más apuntes sobre la vida licántropa porque ellos son más “naturales” con sangre en sus venas, de tradición real, milenaria, “indígena”, etc.
Lo que sí que hay que reconocer a The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2 y por extensión a toda la saga, es el homenaje y la recuperación de la idea del amor romántico.
Ese amor ya dañado por los nuevos cánones, aquí se exalta, se defiende y se enarbola hasta el último minuto, literalmente hablando.
El amor que es para siempre, eterno, más allá de todo y de todos.
El alma gemela, el amor predestinado, del que no se puede escapar.
El amor, en definitiva, con la que todas soñamos, aunque quede muy carca decirlo. Ahí está, si no, la legión de admiradoras de Twilight para gritarlo al mundo.
Quien tenga sangre en sus venas, tiene opción de ser feliz, y quien no las tenga, pues también, todos merecemos ser felices, luchar por el amor, derramar una lágrima por ahí, de vez en cuando, como símbolo de humanidad y lo mejor:
NUNCA DEJAR DE SER ROMÁNTICOS.

¿Fin?



Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares